Subsidios insostenibles, crisis fiscal, deuda pública y corrupción cargas que hereda el nuevo gobierno
El nuevo gobierno debe revisar exhaustivamente el presupuesto que se destina a los subsidios en medio de una crisis fiscal y económica asfixiante, sumado a una deuda pública que acaricia los 50 mil millones de dólares “que no sabemos dónde están colocados” y una evasión fiscal de alrededor de 4 mil millones, dijo a La Verdad Panamá, el economista Olmedo Estrada.
El escenario es oscuro y muchos subsidios ya jugaron su rol, por lo tanto se tienen que cerrar, no hay dinero. Más adelante cuando la economía mejore podrían reconsiderarse para ayudar a algunos sectores, expresó.
Olmedo Estrada señaló que es importante realizar una investigación de la deuda pública, de ese financiamiento, dónde se ha colocado en los últimos años y que se ha duplicado en este período gubernamental porque estamos hablando de 25 mil millones de dólares que no los vemos.
Esos millones no se ven en obras, palpables; sabemos que muchos de esos dineros se fueron a subsidios pero que se diga cuánto se gastó de ese dinero en subsidios ya que eso nos va a indicar que ya tenemos que frenar esto. No podemos seguir porque el subsidio es paternalista, le estamos dando a personas una solución a su problemática pero que no resuelve la situación del país.
Sostiene el economista que se tiene que invertir para que se generen nuevos trabajos que les den la oportunidad a esos miles de panameños que están recibiendo un cheque de 120 dólares o menos como subsidio. Esa no es la solución.
El tema fiscal es otra preocupación en virtud de que los ingresos no son suficientes. El gasto sigue siendo mayor que lo que ingresa, por lo que tenemos que buscar la manera de reducirlo eliminando los gastos improductivos.
Según Estrada, perdimos el grado de inversión por el mal manejo de las finanzas públicas, por los altos niveles de corrupción, la falta de transparencia que generan desconfianza en los inversionistas. Todos estos elementos fueron señales claras a las calificadoras como Fitch Ratings que considera a Panamá un alto riesgo para las inversiones. “Recordemos lo que pasó con la mina, “una inversión de más de 10 mil millones de dólares y de la noche a la mañana se tomó la decisión de cerrarla”.
Eso manda a los inversionistas un mensaje negativo. Como es posible que invierto 10 mil millones y en un momento me dicen que no, que eso es inconstitucional y que me tengo que ir de Panamá con las manos limpias, exclamó.
Plantea que no podemos pensar que con los escasos recursos con que contamos se tenga la posibilidad de registrar la tasa de crecimiento que teníamos hace dos lustros atrás de 7,8 y hasta un 10%. Si no hay inversión extranjera no vamos a crecer a estos niveles y mucho menos generar los empleos que se necesitan en un país que enfrenta una tasa de desempleo de 7.5% y una informalidad que se ha disparado a una población de 700 mil personas.