50 millones de abortos en el mundo
La Iglesia universal y el papa Francisco se ha mostrado en varias ocasiones en contra del aborto y en defensa de la vida desde su concepción hasta su muerte natural. Sin embargo, están los liberales que optan por defender el derecho de la mujer a decidir la interrupción del embarazo.
Desde el año 2008 hasta el año 2014, la mortalidad fetal en el país alcanzó un registro oficial de más de 70 mil casos y entre esos años, una de las tasas más altas que arrojó fue de 150 por cada mil nacimientos vivos, de acuerdo a cifras oficiales del Instituto Nacional de Estadística y Censo de la Contraloría General de la República.
Aunque es claro que los más de 70 mil casos de mortalidad fetal son solamente las situaciones registradas oficialmente, una cortina de humo impide ver la realidad: ¿Cuántos de esos casos son abortos provocados? o peor aún, ¿cuántos serán los casos que nunca se registran ante las autoridades de salud?
Hablar del aborto en Panamá es hilar fino un tejido cuyas piezas no coinciden o simplemente no quieren hacerlo… Están en la encrucijada entre los más liberales, que optan por defender el “derecho” de la mujer (mayormente niñas) a decidir la “interrupción” del embarazo; y los más conservadores, quienes catalogan lo primero como un crimen y se declaran en defensa del derecho a la vida.
Los argumentos moralistas van y vienen de parte y parte… Mientras los liberales hablan de la doble moral de los “pro vida” de “querer traer al mundo seres humanos a pasar trabajo y con padres no preparados para criar”; por el otro lado, los conservadores repudian que quienes alzan el estandarte a favor del aborto, muchas veces lideran otras luchas a favor de la vida, pero de animales…
Una problemática mundial
Los dirigentes de la Organización Mundial de la Salud (OMS) van en una línea más liberal. En un informe divulgado el año pasado, denominado “Abortos sin riesgos: guía técnica de políticas para sistemas de salud”, la OMS expresó que el 99% de los casos mundiales de mortalidad materna resultan de abortos mal ejecutados en los países más pobres, por lo tanto, los líderes de ese organismo internacional argumentaron que “el aborto inseguro y la morbilidad y la mortalidad asociadas en las mujeres pueden evitarse. En consecuencia, todas las mujeres deben contar con servicios de aborto disponibles y accesibles en la medida que lo permita la ley”.
Cada día se realizan 55 mil abortos inseguros
Cada año se practican 50 millones de abortos en el mundo. Actualmente, cada día se realizan 55 mil abortos inseguros en el mundo, el 95 % de ellos en América Latina y el Caribe. Según la OMS, “las restricciones legales, además de otras barreras, conllevan a que muchas mujeres se induzcan el aborto o se hagan un aborto con profesionales no especializados”. Se calcula que el aborto inducido, de forma clandestina y en condiciones precarias, es la causa de una de cada tres muertes maternas en la región y de aproximadamente 800 mil hospitalizaciones por año.
En la mayoría de los casos, los embarazos no deseados se registran en la población adolescente y muchos de los mismos desencadenan en abortos provocados. Panamá no escapa a esa realidad. Un informe, publicado el año pasado por el Ministerio de Salud (MINSA), reveló que el 31.2% de las 8 mil 313 mujeres embarazadas que ingresaron al sistema de control de esa entidad entre enero y marzo del 2014, eran niñas y adolescentes que tenían entre 10 y 19 años. Pero, los datos del MINSA van más allá… Resulta ser que en los primeros dos meses de 2014 se reportó un embarazo adolescente cada 41 minutos en el país…
Falta educación sexual
Ante esta alarmante situación, muchos piensan que el vacío de la educación sexual que hay en los hogares panameños, debe ser compensado o llenado con el polémico proyecto de ley No. 61 de educación sexual y reproductiva que fue presentado en la Asamblea Nacional.
Del texto en bruto, ya se acordó la omisión del artículo 12, relacionado con la descendencia: “Se reconoce el derecho de toda persona (sin distingo de edad) a tomar decisiones libres respecto a la procreación…, y decidir si no desea tener descendencia”; e igualmente, se eliminó el artículo 17, inherente al derecho a la esterilización.
En el momento más polémico de la discusión, el sacerdote Fernando Fontane, guía espiritual y confesor del presidente de la República, Juan Carlos Varela, posteó comentarios con respecto al proyecto de ley N0. 61, a través de su cuenta de Twitter: “Nuestros jóvenes deben ser educados para amar en la libre donación mutua, donde se ve al otro como alguien y no como algo” y además, se mostró a favor de la educación sexual, pero desde otra óptica: “Sí a la educación sexual en afectividad y valores”.
Voces que no hablan
Este medio trató de tener una versión oficial por parte de las autoridades del MINSA y de la Arquidiócesis de Panamá. No obstante, a pesar de que se enviaron varios mensajes a sus relacionistas públicos y voceros, los mismos nunca respondieron.
La Iglesia universal y el papa Francisco se ha mostrado en varias ocasiones en contra del aborto y en defensa de la vida desde su concepción hasta su muerte natural.
En tanto, a pesar de que varios países de la región se han ido por la tendencia de la despenalización del aborto, en Panamá –al igual que en la mayoría de las naciones vecinas- aún sigue tipificado como delito, pues se argumenta que el problema de los embarazos no deseados va mucho más allá de la legalización del aborto, que no es la solución.
El Código Penal Panameño establece desde 1,982 al aborto como un “Delito contra la vida y la integridad personal”. De acuerdo al Artículo 144, no se aplicarán penas:
Si el aborto es realizado con el consentimiento de la mujer para provocar la destrucción del producto de la concepción ocurrida como consecuencia de violación carnal, debidamente acreditada en instrucción sumarial.
Si el aborto es realizado con el consentimiento de la mujer, por graves causas de salud que pongan en peligro la vida de la madre o del producto de la concepción.
En el caso del numeral 1 es necesario que el delito sea de conocimiento de la autoridad competente y que el mismo se practique dentro de los dos primeros meses de embarazo y en el caso del numeral 2, corresponderá a una comisión multidisciplinaria designada por el Ministerio de Salud determinar las causas graves de salud y autorizar el aborto.
El aborto desde el punto de vista psicológico
La reconocida psicóloga Geraldine Emiliani expresó que las causas más comunes que llevan a una embarazada a abortar son: “El no estar preparada económicamente para sostener una criatura, el no estar preparada psicológicamente para criar una criatura, por razones de salud y recibe el nombre de aborto terapéutico, embarazo a corta edad, el no querer asumir responsabilidades en la crianza de la criatura, violación carnal”.
En cuanto a las consecuencias psicológicas y morales para la embarazada que decide realizar un aborto, Emiliani sostuvo que “depende si es provocado y varía de una mujer a otra” y mencionó algunas reacciones psicológicas: depresión, dolor, ansiedad, sentimientos de culpa, duelo emocional.
En referencia a las situaciones de mujeres, niñas o adolescentes que desean abortar por haber sido abusadas sexualmente, Emiliani reveló –en cuanto al mejor modo de proceder- que “los casos que he atendido como profesional de la salud mental, en este aspecto, se le brinda tratamiento psicológico de apoyo para que la mujer decida si se le practica el aborto y con la finalidad de que sepa las alternativas, opciones, y sus consecuencias”.
Igualmente explicó que en el caso de una mujer o adolescente cuyo bebé viene con malformaciones y desea practicar un aborto, “se le ofrece alternativas, opciones y que conozca las consecuencias bajo tratamiento psicológico de apoyo emocional”.
Aunque Emiliani sostuvo que los abortos tienen que ver “en parte por una falta de educación sexual”, dejó claro que se trata más que todo de un tema de “falta de valores humanos y familiares” y concluyó que “hay otras alternativas antes de practicarse un aborto como lo es dar en adopción a la criatura”.