Xi pide a su Ejército “lealtad absoluta” y acabar con la corrupción
Pekín, 20 jun (EFE).- El presidente chino, Xi Jinping, exigió al Ejército Popular de Liberación (EPL) “lealtad absoluta” al Partido Comunista y enfatizó durante una reciente reunión de trabajo que “no puede haber lugar para la corrupción”.
“Debemos dejar claro que las armas deben estar siempre en manos de quienes sean leales al Partido, en quienes se pueda confiar. Y debemos dejar claro que no hay lugar para ningún elemento corrupto en el Ejército”, dijo Xi, citado por la agencia estatal Xinhua.
Xi destacó en su discurso, recoge Xinhua, que el EPL “no debe olvidar el espíritu revolucionario de los fundadores del Partido” y que tiene que estar preparado para afrontar “un mundo inestable y cambiante”.
“Nos enfrentamos a cambios complejos y profundos en el mundo, en nuestro país, en el Partido y en el Ejército”, aseveró, agregando que el EPL tiene que estar “preparado para la lucha y para ganar”, para lo cual hay que hacer “un examen profundo”.
“Los cuadros (del EPL) en todos los niveles, pero los superiores en particular, deben dar un paso adelante, atreverse y afrontar sus propias deficiencias y defectos“, afirmó Xi.
Eso pasa por “eliminar cualquier elemento que fomente la corrupción”, agregó, con lo que pidió más “mecanismos de control y supervisión y que enriquezcan “nuestra caja de herramientas para castigar nuevos tipos de corrupción y corruptelas ocultas”.
El PCCh castigó el año pasado a 610.000 funcionarios, una cifra récord que apuntala la perenne campaña contra la corrupción de Xi, quien afianzó su poder al frente del país durante el XX Congreso que celebró la formación en 2022.
Xi pidió el año pasado “redoblar” la lucha contra la corrupción que, según el mandatario, ha cosechado “una victoria abrumadora”, si bien auguró más castigos porque “la situación es todavía grave”.
La campaña actual apunta a sectores tan variopintos como el financiero, tabacalero y el farmacéutico, entre otros, y sigue a la emprendida en 2012, que vino acompañada de un aumento de la represión, la censura y las sospechas de que las acusaciones formaban parte de una estratagema para acabar con los críticos.