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La Fontana de Trevi ya se puede observar de cerca gracias a una polémica pasarela

Roma, 9 nov (EFE).– La Fontana de Trevi estrena este sábado una pasarela que permite observar de cerca, mientras se restaura, uno de los monumentos más emblemáticos de Roma, un experimento que permitirá evaluar la futura entrada de pago y que ha desatado la polémica entre los comerciantes de la zona.

“La perspectiva es realmente espectacular”, dijo en la inauguración el alcalde de Roma, Roberto Gualtieri, mientras caminaba por la peculiar instalación, que “permitirá un disfrute verdaderamente único incluso durante estas importantes y necesarias obras de mantenimiento”.

La famosa fuente, joya del barroco romano, es una meta para turistas de todo el mundo, que cada día visitan entre 10.000 y 12.000 personas al día, según fuentes del Ayuntamiento.

La plataforma panorámica llega tras otra controvertida instalación levantada en la fuente durante los trabajos de restauración, una especie de bañera para que los turistas puedan cumplir con la tradición de lanzar una moneda mientras la famosa fuente permanece vacía.

Los comerciantes piden que se retire

Los comerciantes de la plaza creen que esta estructura de metal daña la monumental obra del Barroco integrada en la fachada renacentista del Palazzo Poli y el próximo lunes tiene previsto reunirse con el concejal de Turismo de la capital, Alesandro Onorato, y la de Comercio, Monica Lucarelli, para pedir que se retire.

No estamos de acuerdo porque, como se puede ver, es muy feo y tenemos miedo a que estropee la fuente”, dice a EFE Alessandra Ciotti, titular de la Farmacia Pesci, la más antigua de Roma, fundada en 1552.

Las tiendas y negocios también se muestran “preocupados por el futuro cierre” y quieren “más diálogo con el Ayuntamiento”, que se escuchen sus “sugerencias” porque aunque entienden que “es necesario hacer algo para contener el turismo”,  debe “contar con el acuerdo de todos”, explica la farmacéutica.

Gualtieri, sin embargo, cree que “se equivocan” porque la pasarela permitirá “que sigan viniendo los turistas aunque haya obras“, al tiempo que alertó de que quien tire monedas a la fuente vacía desde la pasarela o coma al recorrerla será multado.

La polémica pasarela también permitirá al Ayuntamiento estudiar su plan para regular el número de turistas que visiten el monumento y valorar si finalmente se cobrará por acceder a las escaleras que conducen hasta la fuente.

Desde ahora limitará la entrada en la plataforma a entre 100 y 130 personas aproximadamente, aunque esa cifra puede variar, para que pueden observar a la vez los detalles del conjunto escultórico dominado por la imponente representación del mar de la Fontana, levantada en 1762 sobre uno de los acueductos de la antigua Roma por el papa Clemente XII.

El objetivo es “estudiar una mejor gestión de las filas de los grupos de turistas y evitar las constantes aglomeraciones”, declaró Onorato durante la presentación del proyecto hace unas semanas.

“Una experiencia diferente”

Los turistas, en general, se muestran gratamente sorprendidos por la visión que proporciona la pasarela, como Maximiliamo, un profesor de historia argentino, dijo a EFE que la había “criticado mucho” por la estética, pero que ver así la Fontana había sido “una experiencia diferente al permitir acercarse al famoso océano”.

Aída, de Azerbaiyán, estaba entusiasmada porque ha sido “impresionante estar tan cerca”, mientras que el colombiano Alexander la prefiere “sin pasarela y con agua” porque aunque así se ve “un poco mas cerca, se pierde la gracia”.

Las labores de restauración que comenzaron el pasado 7 de octubre deberían finalizar, según prevé el Ayuntamiento, antes de que comience el próximo 24 de diciembre el Jubileo, un año santo en el que se espera que unos 30 millones de peregrinos lleguen a Roma, la ciudad más visitada de Europa en 2023 con 50 millones de turistas.

Tras las obras, la pasarela será desinstalada, pero se mantendrá un sistema de contención inicialmente gratuito para evitar las aglomeraciones en torno a este monumento, escenario de grandes escenas del cine, que podría terminar siendo definitivo.

La polémica en torno a la Fontana nació hace unos meses cuando Onorato planteó que los visitantes pagaaán dos euros por acceder a las escaleras con el objetivo de conseguir un turismo más “responsable, lento y que respete la ciudad y que los turistas tengan un recuerdo positivo”, señaló Onorato.

Si se adopta, la entrada de pago podría estar operativa la próxima primavera.

No es la primera vez que una pasarela cruza el vaso de la Fontana de Trevi, también se colocó durante los casi 17 meses de su última limpieza, que concluyó en noviembre de 2017 con el mecenazgo de la firma romana Fendi, que en 2016 celebró sus 90 años de historia con un desfile sobre sus aguas dirigido por Karl Lagerfeld.

Foto EFE