Javier Collins Agnew / La Verdad Panamá
El dirigente magisterial Humberto Montero criticó el reciente plan del Ministerio de Educación (Meduca) para adquirir computadoras destinadas a estudiantes y docentes.
Montero considera que este ambicioso programa, aunque positivo en teoría, ignora necesidades urgentes en infraestructura que afectan el día a día de los planteles educativos.
El dirigente advirtió sobre la falta de planificación y organización en la distribución de recursos, expresando que existen otras prioridades que deberían atenderse antes de implementar un proyecto de esta magnitud.
Montero comenzó señalando que el programa de computadoras, liderado por la ministra de Educación, ha generado expectativas altas, pero insiste en que el enfoque debería estar en la ejecución adecuada del presupuesto.
“Desde el mes de julio, cuando la ministra tomó posesión, hemos visto que sus proyectos son ambiciosos, pero lo importante es cómo se ejecutará el presupuesto que se le asignó, en su mayoría, durante la administración pasada.
Necesitamos claridad sobre cómo se va a distribuir ese presupuesto para que realmente impacte en áreas prioritarias”, afirmó Montero.
El dirigente lamentó que, mientras se promueve la entrega de computadoras, existen escuelas sin condiciones mínimas para aprovechar la tecnología. 
Según el dirigente, en muchos colegios “ni siquiera existen aulas de informática adecuadas, ni computadoras suficientes, y mucho menos especialistas en informática para impartir clases en esta área”.
Para el dirigente, antes de introducir un proyecto tecnológico de gran escala, es fundamental crear la infraestructura necesaria, que incluye la instalación de laboratorios de informática, biología y química, además de garantizar que haya acceso a Internet en todos los centros educativos.
La propuesta del MEDUCA incluye una inversión de 241 millones de dólares y la distribución de más de 650,000 computadoras, bajo un acuerdo de compra que, según Montero, es defendido por la ministra debido al supuesto ahorro en costos.
Sin embargo, el dirigente cuestionó esta argumentación, recalcando que el valor de cada computadora ronda los 359 dólares, precio que podría incrementarse con los gastos de mantenimiento y abastecimiento.
Montero subrayó que “si bien se busca minimizar costos, es necesario analizar si estas computadoras responderán realmente a las necesidades de los estudiantes, especialmente en zonas con deficiencia de infraestructura.”
Otro de los puntos que el dirigente trajo a colación fue la conectividad. Montero criticó la cobertura de Internet en el país, recordando que durante la pandemia, miles de estudiantes quedaron excluidos de la educación virtual por no contar con dispositivos adecuados ni acceso a Internet.
“Panamá no tiene una cobertura de Internet suficientemente robusta. Durante la pandemia quedó demostrado que muchos estudiantes no podían conectarse a la educación virtual, no solo por falta de computadoras, sino porque el acceso a Internet es insuficiente”, indicó.
También aludió al proyecto de Internet en escuelas implementado en la administración Martinelli, programa que ese gobierno bautizó como “Internet para Todos”, y que según el dirigente veragüense se ha convertido en internet para nadie.
Finalmente, Montero insistió en que el programa de computadoras, aunque ambicioso, está mal enfocado si no se alinean las prioridades del sistema educativo. “Existen escuelas en malas condiciones, con infraestructura precaria, y algunas incluso funcionando en estructuras de rancho.
Las comunidades educativas claman por atención en estos aspectos, y lo que exigimos es que el presupuesto se ejecute de forma que primero se atiendan estas necesidades básicas antes de expandirse hacia la tecnología”, concluyó.
El dirigente magisterial fue enfático en su llamado a la ministra, instándola a no incomodarse con las críticas y a priorizar las áreas más necesitadas.
Montero destacó que su postura y la de otros sectores no busca frenar el desarrollo de la educación, sino asegurar que el impacto del presupuesto del Meduca se maximice en beneficio de los estudiantes, atendiendo las urgencias estructurales que, según él, son la verdadera base para una educación de calidad en el país.