Expresiones

Malasia y Panamá: Dos Países en Busca de Oportunidades Comerciales y de Inversión Extranjera Directa (IED)

Por Edwin Cuevas Rodríguez

Dr. En Ciencias Políticas y Humanidades

Especialista en Negociación Internacional e Inversión.

En un mundo marcado por la incertidumbre económica y las tensiones comerciales, Malasia y Panamá se presentan como ejemplos de naciones que buscan capitalizar las oportunidades que surgen de los conflictos globales, especialmente la guerra comercial entre Estados Unidos y China. 

Este reportaje explora las estrategias de ambos países para atraer Inversión Extranjera Directa (IED) y cómo su posición geográfica puede ser un factor decisivo en su desarrollo económico. 

La Estrategia de Malasia

Malasia ha adoptado una postura proactiva frente a la guerra comercial entre las dos potencias mundiales. Con un enfoque en atraer inversiones multimillonarias de empresas estadounidenses y chinas, el país ha implementado incentivos fiscales y ha creado zonas económicas especiales que facilitan la llegada de capital extranjero. Empresas como Texas Instruments y Alibaba han encontrado en Malasia un refugio seguro ante las tensiones comerciales, lo que ha permitido al país convertirse en un centro neurálgico para la manufactura y la tecnología.

La colaboración con Singapur, un competidor histórico, ha sido clave en esta estrategia. Ambos países están trabajando en un acuerdo bilateral o posible triangulación que fomentará la integración económica y permitirá a las empresas expandir sus operaciones sin las restricciones que enfrentan en sus respectivos mercados. Este enfoque ha llevado a Malasia a posicionarse como un destino atractivo para las multinacionales que buscan diversificar sus cadenas de suministro.

Panamá: Una Posición Estratégica

Por su parte, Panamá cuenta con una de las plataformas logísticas más importantes del mundo, gracias a su ubicación estratégica y al Canal de Panamá. Esta ventaja geográfica le permite ser un punto de tránsito clave para el comercio global. Sin embargo, para aprovechar al máximo esta posición, Panamá necesita implementar políticas que fomenten la IED y la innovación.

El gobierno panameño debe comenzar a explorar la creación de nuevas Zonas Económicas Especiales (ZEE) si lo ameritan y a reevaluar las existentes, como la Zona Libre de Colón y el Área Panamá-Pacífico. Estas zonas no solo deben ofrecer incentivos atractivos para las empresas, sino también adaptarse a las exigencias del mercado global, garantizando un entorno favorable para los inversionistas.

Comparación de Estrategias

Ambos países comparten el objetivo de atraer IED, pero sus enfoques difieren. Mientras Malasia ha optado por una estrategia agresiva de marketing y colaboración regional, Panamá debe concentrarse en actualizar sus incentivos y mejorar su infraestructura logística. La creación de una vía ferroviaria Panamá-Chiriquí, por ejemplo, podría facilitar aún más el comercio y la interconexión en la región.

Al mismo tiempo, la experiencia de Malasia en atraer inversiones en sectores tecnológicos, como la fabricación de semiconductores, podría servir de modelo para Panamá. Con el apoyo de Estados Unidos, Panamá también tiene la oportunidad de incursionar en este mercado, que es cada vez más relevante en la economía global.

Desafíos y Oportunidades

Ambos países enfrentan desafíos significativos. La incertidumbre económica generada por la guerra comercial y las políticas proteccionistas de Estados Unidos pueden afectar la capacidad de Malasia y Panamá para atraer inversiones. Sin embargo, también representan una oportunidad para que ambos países se posicionen como alternativas viables para las empresas que buscan diversificar sus operaciones lejos de China.

La clave estará en la capacidad de ambos gobiernos para crear un entorno favorable que no solo atraiga inversiones, sino que también fomente el desarrollo sostenible y el bienestar de sus ciudadanos. La colaboración entre el sector público y privado será esencial para lograr estos objetivos.

Malasia y Panamá son ejemplos de cómo los países pueden adaptarse y buscar oportunidades en tiempos de incertidumbre. Ambos tienen el potencial de convertirse en destinos clave para la IED, pero deberán implementar estrategias efectivas que aprovechen sus respectivas ventajas geográficas y económicas. A medida que el panorama global continúa evolucionando, la capacidad de estos países para atraer inversiones será crucial para su crecimiento y desarrollo a largo plazo.