Este declive y la crisis minera de hace un año detonaron la pérdida del Grado de Inversión por parte de Fitch Ratings el pasado 28 de marzo. “Perdimos el trabajo, nos comimos los ahorros y estamos usando la tarjeta de crédito para hacer el super”.
Observa el analista que el informe de Fitch comienza señalando, “la rebaja de la calificación de Panamá a ‘BB+’ refleja desafíos fiscales y de gobernabilidad que se han visto agravados por los acontecimientos que rodearon el cierre de la mina más grande del país”.
Cierra el primer párrafo del reporte indicando “el cierre de la mina de cobre de Minera Panamá complica aún más las perspectivas fiscales y pone de relieve los crecientes desafíos de gobernabilidad”.
De acuerdo con Quevedo, Fitch cuestiona nuestra capacidad para ponernos de acuerdo, cuestionamiento legitimado por las discusiones que se vienen dando alrededor del futuro de la Caja del Seguro Social (CSS) en las cuales pareciera haber más preocupación en buscar “culpables” que “soluciones”.
Hoy somos un país más riesgoso que hace un año. Así lo refleja el Indice de Bonos de Mercados Emergentes (EMBI, por sus siglas en inglés), publicado periódicamente por JP Morgan, en base a las transacciones reales del mercado de bonos (que representan 65% de la deuda panameña).
Importante destacar que en marzo 2022, los bonos panameños eran catalogados como los terceros menos riesgosos de Latinoamérica, sólo superados por los de Chile y Uruguay.
Sin embargo, a octubre 2024 los mismos se ubican en la posición 9, superados inclusive por países sin Grado de Inversión, como Brasil, Costa Rica, Guatemala, Paraguay y República Dominicana.
La pérdida del Grado de Inversión de Fitch y el cierre minero ocasionaron un aumento del 1.5% en la tasa del desempleo según MITRADEL (31,413 empleos perdidos), un incremento de las tasas de interés, que originaron una desaceleración de los nuevos financiamientos bancarios al sector productivo, que hasta septiembre 2024 fueron $2,752 millones menos (-18%) que en los 9 primeros meses del 2019. En consecuencia, la economía está generando menos empleos.
En ese lapso, MITRADEL tramitó 23,723 nuevos contratos laborales por mes, 9,170 (28%) menos que media mensual del mismo lapso en el año pre pandemia (32,893).
Pero el ejemplo más contundente de la crisis laboral que enfrenta el país, a juicio de Quevedo, es la reciente Feria de Empleo de MITRADEL y KONZERTA, donde se ofertaron 3 mil vacantes y hubo 100 mil solicitantes.
No habrá “chen chen” sin empleo, pero nuestra crisis laboral no es de empleo, sino de confianza, afirmó.
Los señalamientos de las calificadoras son una clara advertencia de que el deterioro económico no es un tema de “Calle Arriba vs Calle Abajo”, sino un reto que debemos enfrentar juntos como país.
Esto significa que continuará el encarecimiento del costo de la vida, debido al aumento de los intereses bancarios y los costos de financiamiento para el sector productivo de la economía