Preocupación y dudas ante la adecuación de la pista de Metetí para recibir inmigrantes deportados de EE.UU.
Javier Collins Agnew / La Verdad Panamá
La reciente revelación de que la pista de aterrizaje de Metetí, en Darién, será adecuada para recibir vuelos con inmigrantes deportados de Estados Unidos encendió las alarmas y preocupación por las afectaciones que conlleva esta operación en Panamá.
El presidente de la Asociación de Residentes y Naturalizados de Panamá (ARENA), Rafael Rodríguez ha expresado serias inquietudes sobre la capacidad de esta infraestructura para manejar el flujo de personas que se espera llegue en los próximos días y meses.
Según declaraciones del representante de ARENA, Panamá ha aceptado colaborar con EE.UU. en la recepción de estos inmigrantes, al igual que otros países de la región como El Salvador, Guatemala y México.
Sin embargo, lo que causa alarma es que se ha designado la pista de Metetí para esta operación, cuando su infraestructura es limitada y no está preparada para recibir aviones con grandes cantidades de pasajeros.
“Nos llama la atención que el aeropuerto de Metetí, que es solo una pista para avionetas o helicópteros, vaya a ser utilizado para recibir aviones llenos de inmigrantes deportados”, señaló.
El dirigente destacó que la pista no tiene cerca perimetral, no cuenta con las condiciones de seguridad necesarias y podría generar un descontrol en la movilización de estas personas hacia otras áreas del país, expresó el vocero de ARENA.
Aún no hay un anuncio oficial sobre la fecha exacta de llegada de estos vuelos ni sobre la logística de traslado y permanencia de los deportados en el país.
La falta de información por parte de las autoridades panameñas y estadounidenses ha provocado incertidumbre, porque está maniobra en Panamá simplemente facilitará la conexión de estos inmigrantes hacia sus países de origen o si algunos buscarán quedarse en el país.
Riesgos de seguridad y presión migratoria
Otro de los puntos que genera inquietud es el tipo de personas que serán deportadas. Si bien se trata de ciudadanos de diferentes nacionalidades, entre ellos venezolanos, ecuatorianos y colombianos, no se ha explicado qué medidas se tomarán para evitar que personas con antecedentes penales se infiltren en estos vuelos.
“Sabemos que en estos grupos pueden venir personas de bien, pero también individuos con historial delictivo. Panamá no tiene un ejército ni la infraestructura de seguridad adecuada para manejar un arribo masivo de inmigrantes sin control”, aseguró.
A esto se suma el hecho de que muchos inmigrantes deportados no tienen intención de regresar a sus países de origen debido a la falta de estabilidad económica, social y política en sus naciones.
Según el vocero de ARENA, algunos han manifestado su intención de quedarse en Panamá debido a su relativa estabilidad económica en comparación con otros países de la región.
Relaciones diplomáticas con Venezuela y la incógnita sobre los venezolanos deportados
Un tema que genera aún más interrogantes es el destino de los inmigrantes venezolanos que serían parte de estas deportaciones.
Con la reciente suspensión del permiso temporal para venezolanos en EE.UU. anunciada por Donald Trump, se estima que unos 600.000 venezolanos quedarían en situación irregular, y algunos de ellos podrían ser deportados.
El problema radica en que actualmente las relaciones diplomáticas entre Panamá y Venezuela están suspendidas, lo que dificultaría cualquier intento de repatriación directa desde suelo panameño.
“Si Estados Unidos envía venezolanos a Panamá, ¿qué hará el gobierno panameño con ellos? ¿Se quedarán varados en Darién? ¿Se permitirá su ingreso al país? ¿Cómo se manejará su situación si no hay un canal diplomático con Venezuela?”, cuestionó el representante de ARENA.
Hasta el momento, el gobierno panameño no ha dado detalles claros sobre cómo se implementará esta operación, cuáles serán los protocolos de seguridad ni qué acciones se tomarán para garantizar que este proceso no se convierta en una crisis migratoria.
La incertidumbre crece mientras se espera un pronunciamiento oficial que aclare el alcance de este acuerdo con Estados Unidos y las medidas que se implementarán para evitar que la situación se salga de control.