Taiwán denuncia que China coopera con mafias para desarrollar «agentes armados» en la isla
Taipéi, 22 abr (EFE).- El Partido Comunista chino (PCCh) está colaborando con mafias para desarrollar «agentes armados internos» en Taiwán, en medio del creciente número de casos de «infiltración» de Pekín contra la isla, informó este martes la agencia estatal de noticias CNA.
«Además, se les exige a los miembros de las pandillas que, en caso de una invasión armada de Taiwán por parte del PCCh, enarbolen la bandera de cinco estrellas (la bandera china) como agentes internos y cooperen en el lanzamiento de acciones de sabotaje y conspiración», indicó el documento citado por CNA.
La cooperación con grupos mafiosos forma parte de los métodos «cada vez más diversos y completos» de infiltración del PCCh en Taiwán, entre los que también se encuentran la apertura de casas de cambio clandestinas «para inducir a la traición» y el uso de templos religiosos con el fin de «atraer a militares y obtener información confidencial», de acuerdo al informe de la NSB.
Pekín también recurre a plataformas como Facebook, Line y LinkedIn para contactar a militares «con necesidades económicas urgentes» y utiliza tácticas de «encubrimiento de identidad» para acercarse a funcionarios y representantes públicos de la isla, apuntó el mismo documento.
Desde 2020, el número de personas procesadas en Taiwán por casos de espionaje en favor de China asciende a 159, según estadísticas de la NSB, que señala que el principal método de infiltración consiste en captar a militares en servicio por parte de veteranos retirados.
La difusión de este informe se produce un mes y medio después de que el presidente taiwanés, William Lai, tachado de «independentista» y «alborotador» por las autoridades de Pekín, anunciase un conjunto de medidas para contrarrestar las operaciones de «infiltración» de China contra la isla.
Taiwán se gobierna de forma autónoma desde 1949 bajo el nombre de la República de China y cuenta con unas Fuerzas Armadas y un sistema político, económico y social diferente al de la República Popular China, destacando como una de las democracias más avanzadas de Asia.
Sin embargo, Pekín considera a la isla como una “parte inalienable” de su territorio y en los últimos años ha redoblado su campaña de presión contra ella para concretar la “reunificación nacional”, clave en el objetivo a largo plazo del presidente, Xi Jinping, de lograr el “rejuvenecimiento” de la nación china.