Seis niños con sordera profunda escucharon por primera vez las ondas sonoras
El grupo de fonoaudiólogos del Hospital de Especialidades Pediátricas ‘Omar Torrijos Herrera’ (HEPOTH) entregó seis implantes cocleares a igual cantidad de niños con sordera profunda que recientemente fueron intervenidos para colocarle el dispositivo.
Se trata de la segunda fase del proceso: primero, a través de una cirugía se coloca el dispositivo en el oído interno del paciente, posteriormente se coloca el dispositivo externo y se procede al encendido del aparato para que por primera vez los niños escuchen las ondas sonoras del ambiente que los rodea.
Los niños que recibieron el dispositivo están en edades entre uno (1) y diez (10) años.
Los implantes cocleares son dispositivos electrónicos que se colocan en el oído y tienen forma de un pequeño caracol, permite que a través del equipo, el sonido pase al oído interno y al sistema nervioso central para que el paciente escuche y empiece a integrarse en nuestro mundo. Cada unidad tiene un valor promedio de B/. 20,000.
La Dra. Aracelis De La Guardia, jefa del servicio de Otorrinolaringología del HEPOTH, junto al Dr. German Conte Lavergne y un grupo de médicos especialistas iniciaron el programa de Implantes Cocleares en el año 2012 dentro de la CSS, que a la fecha ha logrado beneficiar con implantes a 80 niños.
El HEPOTH cuenta con todo un grupo de profesionales que da soporte durante y después del proceso de rehabilitación de los pacientes implantados, un equipo multidisciplinario de salud del HEPOTH, que implica a enfermeras, fonoaudiólogos, trabajo social, sicólogos y médicos especialistas acompañaron a los niños en el encendido de los implantes por experto en este tipo de procedimientos.
Thelma Aizpurúa, jefa encargada del servicio de Fonoaudiología, explicó que es importante que la familia esté involucrada antes, durante y después de la implantación del dispositivo coclear, en especial ser perseverantes con las terapias en casa y con las terapias en fonoaudiología los niños podrán desarrollar la capacidad para expresarse y escuchar y llevar una vida normal.