Expresiones

Nota editorial enero

Reflexión

El  transporte  masivo de pasajeros no ha  dejado  de  ser  una  pesadilla  para los  sufridos usuarios que no  observan cambios  sustanciales, en el caso específico  de Mi  Bus,  sistema  que pretendió  cambiar la calidad de  vida de los  panameños; pero, lo que  ha hecho es agudizar   el problema.

Desde  el Gobierno  del  ex presidente  Ricardo  Martinelli,  este   sistema  que  en teoría  reemplazó a  los “Diablos Rojos”, pero que en la práctica  continúa contaminando  y alterando  la  tranquilidad  de  peatones   usuarios, ha  venido  dando tropiezos  en concepto  de  servicio, frecuencia y calidad.

El Gobierno  del Presidente  Juan  Carlos Varela, anunció  con  mucha  pasión y optimismo desbordante, luego de la compra  de  las acciones  de la empresa, la contratación de un consorcio norteamericano, llamado  First  Transit, para que administrara  Mi  Bus, que  ya no contaba  con la simpatía  de las decenas  de miles de  usuarios.

Esta contratación, a más de  un año de  su  firma, no  ha demostrado  cambios  que convenzan   nadie; el tiempo  solicitado por su gerente general  pasó  y la angustia, penuria   sufrimiento de los usuarios  se mantiene  incólume.

Adicional  a tanto  desprecio  y poco importa  hacia  el usuario  del transporte masivo, emergen las condiciones  deplorables  de las denominadas  Zonas Pagas, que  en  realidad, no son  más que estructuras abiertas a  toda clase de  actividad al margen de   las normas sanitarias  existentes.

La desidia  de las autoridades  responsables  de este sistema de  transporte, deja en evidencia la poca disposición  de resolver  los problemas básicos de una población que reclama  mejores  condiciones, que se merece  un  transporte  público  digno, con calidad  y efectivo, máxime cuando  fue  una de las  tantas  promesas de campaña  del  señor  Presidente de la República.

Todavía se  está  a tiempo de  mostrar  el rostro humano  que todo  gobierno  debe  presentar y practicar.