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A lavarle la cara a la Asamblea

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Una vez  más la sociedad  panameña  se mantuvo  en vilo, o, por lo menos, los medios de comunicación  social saturaron  a  la opinión pública  con  las transmisiones  kilométricas  de  las negociaciones  – transformadas  en  prebendas, contratos  y  dinero-  para  hacerse  del control  de  la  presidencia  de la  Asamblea  Nacional.

Los dos  partidos  supuestamente  de oposición, a saber: Partido Revolucionario  (PRD)  y  Cambio  Democrático, desafiaron  la línea  de  su organización  política, con mucha  más vehemencia  los del  partido de  Omar, al desconocer  una elección legítima  en la que  salió  favorecido Crispiano  Adames, de la facción  de  Benicio  Robinson.

Más  pudieron  las  ofertas, los “maletinazos”  denunciado por  el  diputado  perdedor  Adames  y  los contratos, que   una visión de  patria  y  de  trabajar  por los mejores intereses  de la  nación.

Para nuestro  analista, Luis  Fuentes  Montenegro, lo que ocurrió  en el palacio  Justo  Arosemena es  normal  en el escenario de  cualquier parlamento  que hoy  solo  proyecta  un reacomodo  de las  fuerzas  que la integran.

El resultado plantea tres  hipótesis:

  1. La afectación  dentro  del PRD, del sector que lidera  Benicio  Robinson
  2. El “reoxigenamiento”  para  el  panameñismo  en cuanto  al control  de  dicho órgano  del Estado
  3. La  demostración  de  Cambio  Democrático  como una  fuerza  legítima  en la Asamblea, aunque  divida  y  débil.

Para  el catedrático  Fuentes  Montenegro  estas  hipótesis  van a desarrollar dinámicas  muy  propias,  dentro  del  PRD  y  del CD, las cuales  le serían  favorables   al gobierno.

Lo  que podría denominarse  como  un  control, ficticio  del  Órgano Legislativo  por parte  del presidente  Juan  Carlos  Varela, ante  un  acuerdo circunstancial  con  dos fuerzas  de  oposición fracturadas, no lo  es  para  nuestro analista, al afirmar que  ya  ocurrió con  Guillermo Endara, Mireya,  incluso  Ricardo  Martinelli.

Lo  que  sí  observa  algo peligroso es qué tanto daño puede  emerger de la confrontación  entre  el sector  de  Benicio  Robinson, ahora  más radical  y  crítico, ante   cualquier  error  o escándalo  que pueda surgir  en el gobierno  de aquí  en adelante.