¡Ahora es cuando!
Por Miguel Antonio Bernal.
Los jóvenes de la Gesta del 9 de enero de 1964, supieron tomar acción en el momento que correspondía. No vacilaron, ni titubearon, ni tampoco se amedrentaron, ni se escondieron, mucho menos se dividieron, para mostrar la indignación que produjo la enseña patria desgarrada, pisoteada, mancillada y ultrajada, por la bota extranjera.
Hoy, hay quienes están interesados en que olvidemos que las primeras horas del anochecer del 9 de enero de 1964, marcaron para siempre -a nivel nacional y sin distinción-, a los panameños. La agresión hirió, pero también unió.
La sangre, el sudor y las lágrimas que fueron, entonces, derramadas, no han sido ni podrán ser olvidadas jamás. Es por ello que la memoria de: Ascanio Arosemena, Maritza Avila Alabarca, Luis Bonilla, José del Cid Cobos, Teófilo Belisario de la Torre, Gonzalo A. France, Víctor M. Garibaldo, José Enrique Gil, Ezequiel Meneses González, Víctor M. Iglesias, Rosa Elena Landecho, Carlos Renato Lara, Evilio Lara, Gustavo Lara, Ricardo Murgas Villamonte, Alberto Nichols Constance, Estanislao Orobio W., Jacinto Palacios Cobos, Ovidio L. Saldaña, Rodolfo Sánchez Benítez, Alberto Oriol Tejada, Celestino Villarreta; es hoy mancillada por los que se roban nuestro presente, promueven la inequidad social, económica y cultural, para poder mantenerse en el poder y hacernos cómplices de su sistema que vive por y para la corrupción y la impunidad.
Al conmemorar otro aniversario de la Gesta del 9 de enero, ahora es cuando debemos tomar las acciones qu e nos van a servir para cambiar el país, para no seguir de espectadores ante el atraco cotidiano a nuestras riquezas, a nuestras esperanzas, a nuestros sueños de poder tener gobiernos honestos, autoridades transparentes que rindan cuentas, que no destruyan el medio ambiente, que no siembren odios, ni rencores.
Debemos rescatar la indignación y con ella nuestros valores. Por ello debemos acudir mañana martes 9 a las 9 de la mañana, a la Cinta 1Coimera para que sepan nuestros mártires, que ahora es cuando su presencia renace para repudiar a los Ali Babas y darles muerte civil a sus pretensiones.
Catedrático universitario
La sangre, el sudor y las lágrimas que fueron derramadas, no han sido ni podrán ser olvidadas jamás