Enfoque Global

Caravana de migrantes en Tijuana: los enfrentamientos entre la patrulla fronteriza de EE.UU. y migrantes

Disturbios, gases lacrimógenos y deportaciones resumen el domingo de la caravana de migrantes centroamericanos en Tijuana.

Y es que lo que comenzó como una protesta pacífica en la frontera entre México y Estados Unidos degeneró en un enfrentamiento entre fuerzas de seguridad y los cientos de centroamericanos que trataron de cruzar a la fuerza la valla que separa ambos países.

Agentes del Servicio de Aduanas y Protección de Fronteras estadounidense recurrieron a los gases lacrimógenos para dispersar al grupo, en el que se hallaban mujeres y niños pequeños.

Como consecuencia, el lunes México confirmó la deportación de casi 100 centroamericanos.

Horas antes, la Secretaría de Gobernación (SEGOB) había anunciado las deportaciones. “Dichos actos de provocación, lejos de ayudar a sus objetivos, atentan contra el marco legal migratorio y pueden resultar en un grave incidente en la línea fronteriza”, agregó la SEGOB.

Este episodio eleva la tensión que vive la región y en particular México desde la llegada de miles de migrantes centroamericanos a principios de este mes, que aseguran huir de sus países por la violencia y la pobreza.

Como resultado de los incidentes, la policía municipal dijo en un comunicado que 39 personas fueron detenidas. En el lado estadounidense los arrestados fueron 42.

¿Cómo ocurrieron los hechos?

Al menos 500 migrantes, que se encontraban albergados en un refugio estatal cerca de la frontera, rompieron la valla de seguridad de la garita El Chaparral, donde habían acudido para una manifestación pacífica para que se les permitiera cruzar, según las autoridades mexicanas.

El grupo comenzó a correr hacia el canal del río de Tijuana, muy cerca de la garita fronteriza de San Ysidro.

Al llegar a la frontera, algunos integrantes del grupo comenzaron a trepar la valla, pero fueron dispersados por la patrulla fronteriza del lado estadounidense con gases lacrimógenos.

Estados Unidos cerró durante horas el puente fronterizo San Ysidro, por el que pasan diariamente vehículos y peatones de Tijuana a San Diego.

Los migrantes, en su mayoría procedentes de Honduras, se encuentran en Tijuana como parte de las caravanas de miles de centroamericanos llegados a México durante las últimas semanas.

Según sus testimonios, huyen de la persecución, la pobreza y la violencia en sus países de origen.

En un principio, su objetivo era llegar a Estados Unidos.

No obstante, se enfrentan a una larga espera para ver si su petición de asilo será aceptada por ese país.

El presidente Donald Trump ha reforzado su línea dura contra la inmigración e insta a que los migrantes se queden en el lado mexicano hasta que los tribunales decidan sobre su caso. Ese proceso puede durar meses.

“Actos de provocación”

El secretario de gobernación de México, Alfonso Navarrete, consideró en declaraciones a medios mexicanos que incidentes como éste “perjudican” al grupo “porque se vuelven actos de provocación”.

México teme que lo ocurrido este domingo afecte la relación con sus vecinos.

El alcalde de Tijuana, Juan Manuel Gastélum, dijo en Twitter que no se permitirán acciones como esta, “fuera de la ley”.

“Un trabajo y una vida mejor”

Al menos diez de los migrantes lograron cruzar la primera valla, según confirmó la corresponsal Ana Gabriela Rojas.
Fue cuando trataron de cruzar una segunda pared con picos que los funcionarios del lado estadounidense comenzaron a lanzar gases lacrimógenos, informó la agencia AFP.

Uno de los periodistas de AFP reportó que vio a los migrantes, entre ellos madres e hijos, tratando de protegerse del gas, y algunos gritaron que solo querían encontrar un trabajo y una vida mejor en los Estados Unidos.

La pasada semana, Trump amenazó con cerrar toda la frontera entre Estados Unidos y México si se consideraba que se iba a “perder el control” de la situación.

También dijo que les había dado el visto bueno a las tropas en la frontera para usar la fuerza si fuera necesario.
El mandatario desplegó alrededor de 5.800 soldados en su frontera sur. Previamente, calificó a la caravana de migrantes de “invasión”.