China y Arabia Saudí firman ‘swap’ de divisas equivalente a unos 7.000 millones de dólares
Shanghái (China), 21 nov (EFE).- Los bancos centrales de China y Arabia Saudí firmaron un acuerdo de permuta (‘swap’) de divisas valorado en unos 50.000 millones de yuanes o 26.000 millones de riales saudíes (en torno a 7.000 millones de dólares) durante un período prorrogable de tres años.
El diario hongkonés South China Morning Post apunta que se trata del primer ‘swap’ entre Pekín y Riad y el acuerdo número 30 de este tipo que el BPC cierra en la última década, con pactos similares con otros países de la región como Emiratos Árabes Unidos (2012), Catar (2014) o Egipto (2016) a medida que trata de impulsar la internacionalización del yuan.
El año pasado, Arabia Saudí exportó unos 65.000 millones de dólares en petróleo a China, lo que supone el 83 % de sus ventas al gigante asiático, aunque este sigue recibiendo la mayor parte de su crudo desde Rusia.
Según datos de la plataforma de pagos internacionales SWIFT, el yuan es la quinta divisa más utilizada a nivel mundial en pagos transfronterizos con una cuota del 3,71 %, lejos del euro (23,6 %) y del dólar (46,58 %).
No obstante, en septiembre logró adelantar al euro y situarse en la segunda posición de la tabla mundial de divisas utilizadas en los mercados de financiación del comercio al lograr una cuota del 5,8 % frente al 5,43 % de la divisa europea, aunque el dólar sigue siendo el líder indiscutible (84,15 %).
En los últimos años, China se ha embarcado en una campaña para liquidar las transacciones de petróleo y gas en yuanes, con el objetivo de fomentar el uso de su divisa en el plano internacional y de reducir la dependencia del dólar, lanzando, por ejemplo, contratos de futuros de petróleo en yuanes a través de la Bolsa de Petróleo y Gas Natural de Shanghái en 2018.
A finales de 2022, durante una cumbre precisamente en Arabia Saudí, el presidente chino, Xi Jinping, llamó a los países árabes a “aprovechar al máximo” el mencionado mercado para comerciar con crudo y gas en yuanes y no en dólares, lanzando así un nuevo desafío a la divisa estadounidense.