Cibernautas claman por el regreso del desfile de las Mil Polleras a la capital
Javier Collins Agnew
La Verdad Panamá
El desfile de las Mil Polleras, una de las celebraciones más emblemáticas del folclore panameño, ha generado un encendido debate entre los cibernautas, quienes cuestionan si Las Tablas sigue siendo el lugar idóneo para albergar esta festividad que crece año tras año.
El desfile, que comenzó en la Ciudad de Panamá, nació bajo el Decreto Ejecutivo No. 59 del 27 de marzo de 2003, durante el gobierno de Mireya Moscoso con el objetivo de promover la riqueza folclórica y posicionar a Panamá como un destino turístico internacional.
Pero años más tarde el desfile fue trasladado a Las Tablas, luego de que el diputado santeño Carlos Afú impulsara una ley que daba vida jurídica en un nivel superior a esta parada folklórica, que cada año recibe más críticas que glorias.
Este año el Patronato Festival de la Mejorana dejó en entredicho su participación en el desfile en posteriores realizaciones, lo que ha generado inquietud entre los panameños sobre la necesidad de que la parada regrese a la Ciudad Capital.
Algunos defendieron la tradición en la región tableña para la continuidad del desfile allá, pero la gran mayoría considera que el evento debe regresar a la capital para garantizar mayor organización y visibilidad.
Las cuentas de La Verdad Panamá en las redes sociales fueron un espacio utilizado por los cibernautas para expresar su descontento por la realización de este evento en el interior del país.
La usuaria zulemin1971, destacó que “El desfile surgió en la capital, y hoy es innegable que Las Tablas se quedó pequeño. Esto podría generar más ganancia para todo el país si regresa a su origen”.
Por su parte, esperodriguez18 opinó que la falta de espacio en Las Tablas dificulta disfrutar del espectáculo: “Ya no se aprecia porque Las Tablas se quedó chico. Deberían hacerlo en calle 50 o dividirlo en dos lugares.”
Algunos usuarios proponen soluciones para mejorar la experiencia, independientemente de la ubicación tal como opinó carmenrodriguez56481 quien sugirió dividir el evento en dos días.
La organización del evento en Las Tablas fue duramente criticada por claugmex quien calificó el desfile de este año como “el peor de todos”, mientras que franklinpedroza08 recordó con nostalgia que “su cuna fue en la capital”.
Otros señalaron problemas de seguridad, como robos y peleas, y la falta de medidas para evitar insolaciones debido al calor.
Entre las sugerencias, joannesa02 abogó por crear un evento similar en la capital para incentivar el turismo y la economía, mientras que slukas07 hizo un llamado a devolver el desfile a su lugar de origen, afirmando que ellos no son los dueños del folclore”.
Por su parte, laniadovijil señaló que la infraestructura actual de Las Tablas no es suficiente para albergar el desfile: “Cada año crece el desfile, y no puede seguir siendo en las mismas calles pequeñas, porque no se puede apreciar”.
No obstante, otros cibernautas consideran que podrían realizarse ajustes sin necesidad de trasladar el evento.
Mientras tanto, usuarios como Claugmex y rodriguez256 criticaron la organización del desfile en su edición más reciente, destacando la falta de planificación para manejar la cantidad de personas y problemas como robos y peleas durante el evento.
La parada folklórica fue diseñada no solo para resaltar la belleza de nuestras polleras, sino también para atraer turistas del extranjero, quienes al llegar a la ciudad, podrían alargar su estadía explorando el interior del país, incluyendo la provincia de Los Santos y otros destinos turísticos.
En la actualidad, el desfile se realiza exclusivamente en la provincia de Los Santos, priorizando el turismo interno que si bien beneficia a la economía local, también limita el potencial de promoción turística internacional que podría lograrse al ser organizado nuevamente en la Ciudad de Panamá.
El debate sigue abierto, y las autoridades culturales deberán decidir si Las Tablas continúa siendo la sede del desfile o si se evalúan alternativas para garantizar que esta tradición, símbolo de la identidad panameña, sea trasladada a la capital y se convierta en una vitrina del folklor nacional.