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Collins, el guardián de la cocina nativa panameña que escudriñó sus secretos

Ante el peligro latente de que recetas originarias panameñas se dejarán de pasar a las nuevas generaciones, el panameño Charlie Collins, un chef de fama internacional, decidió sumergirse durante 4 años entre los fogones más alejados del país para rescatar los secretos y sabores de la cocina vernácula.

Una mezcla entre el recetario afroantillano, oriental, europeo, indígena y del interior del país centroamericano copan las páginas de su último libro “T’ACH”, según él, un ejemplar que recoge unas 133 composiciones de las más variadas comidas autóctonas que han enaltecido el paladar panameño durante muchos años.

Panamá tiene muchas influencias étnicas, siempre ha sido un país de paso (de personas) durante su historia, por lo que tenemos influencias y herencias gastronómicas culinarias de diversos continentes”, comentó a Acan-Efe el actual ganador del Mejor Libro del Mundo 2018 en la categoría herencia por el Gourmand World Cookbooks Awards.

A este cocinero, proveniente de una familia con raíces suecas, escandinava y norteamericana, le enaltece haber recopilado una gran parte de las piezas del sabor e identidad panameña, siendo uno de los logros más importante en su vida.

“Este ha sido un proyecto largo y tedioso; lo que yo quería hacer era llegar al fondo de la olla y saber realmente de dónde venían todos los platos que Panamá tenía, algunos conocidos y otros no tantos”, aseguró Collins.

El maestro culinario explicó que tituló al libro “T’ACH”, porque para la etnia Wounaán -cuya población habita en la provincia de Darién, fronteriza con Colombia- en su lengua nativa significa plátano, uno de los alimentos más importantes de su dieta básica.

“Yo soy el autor del libro, pero los protagonistas son los que participaron y compartieron conmigo sus recetas, creo que la mayoría de los chef deben tener el interés de conocer sobre nuestras raíces y tradiciones”, sostuvo.

Collins, que es originario del poblado de montaña Boquete, en la occidental provincia de Chiriquí, lugar donde desarrollo su amor a la gastronomía, resaltó que su objetivo con T’ACH era rescatar el recetario, porque si no lo escribía y catalogaba, era muy seguro que las recetas se perderían.

Además, este recetario que rescata preparaciones de 14 regiones del país, cuenta también con un documental del mismo nombre que ha escalado a festivales extranjeros como el IFF de Panamá, y próximamente se exhibirá en el Festival de Cine en Málaga, Festival Internacional de Cine de San Sebastián y Festival de Cine de Lima.

Collins, considerado un estandarte de la “Nueva Cocina Panameña”, también destacó la culinaria local, que ha ganado un sitial no solo entre los gustos locales, sino que incluso ya se habla de un turismo gastronómico internacional por la variedad exhiben sus fogones.

El autor se prepara para seguir explorando el gran corredor culinario istmeño dentro de una amalgama de creaciones de T’ACH, que abren bocas solo con mencionar obras como los tamales, arroz con coco, sopa Dulemas a base de leche de coco, tubérculos y pescado, entre otras exquisiteces.