Expresiones

Congreso de los EU expone corrupción en el sistema de salud público y descalifica a la OMS

Una investigación de 2 años acerca de la supuesta pandemia provocada por el Covid-19 demostró el alto nivel de corrupción que existe en el sistema de salud pública de los Estados Unidos.   

Por: Abdel Fuentes

Periodista y profesor universitario

Una de las conclusiones de la investigación en la que participaron miembros del bipartidismo norteamericano -demócratas y republicanos-, alude a que los gobiernos, federales y estatales, tuvieron fallas significativas en la coordinación para la ayuda al no estar preparados para supervisar la asignación de los fondos de socorro del COVID-19. Añade que no identificaron el derroche, fraude y el abuso de los dólares de los contribuyentes durante la pandemia.

De acuerdo con la investigación se perdieron 64 mil millones de dólares de los contribuyentes a manos de estafadores y delincuentes. Se trata del Programa de Protección de Cheques de Pago que ofrecía ayuda esencial a los estadounidenses en forma de préstamos que podían ser condonados si los fondos se utilizaban para compensar las dificultades durante la pandemia.

La investigación que emprendió la Cámara de Representantes del Congreso de los Estados Unidos, a través del Subcomité sobre la Pandemia del Coronavirus, establece el fraude transnacional al indicar que la mitad de los dólares de los contribuyentes perdidos en los programas de ayuda por el COVID-19 fueron robados por estafadores internacionales. 

El trabajo inició en 2022, no obstante, desde febrero de 2023 los responsables de la investigación revisaron más de 1 millón de páginas de documentos, más de 30 entrevistas, 25 audiencias y reuniones, y fueron enviadas más 100 cartas de investigación.

Los datos proporcionados surgen de un informe final de más de 500 páginas publicado el 2 de diciembre de 2024 por el citado subcomité titulado «After Action Review of the COVID-19 Pandemic: Lecciones aprendidas y camino a seguir».

En torno a la respuesta de la Organización Mundial de la Salud (OMS) a la pandemia del COVID-19, el subcomité concluyó que fue un infame fracaso porque cedió a la presión del Partido Comunista Chino y antepuso los intereses políticos de ese país a sus deberes internacionales.

Incluso, menciona que el último esfuerzo de la OMS por lograr un Tratado Mundial de Pandemia para luchar contra pandemias como la del COVID-19 podría perjudicar a EU. Los intentos por imponer la normativa mundial se realizaron en mayo de 2024 en Ginebra.

Sede de la OMS en Ginebra, Suiza. Foto libre.

La investigación determinó que el distanciamiento social de 6 pies, que cerró escuelas y pequeños negocios en todo el país, fue arbitrario y no se basó en la ciencia. El informe revela que el doctor Anthony Fauci testificó que la orientación, sobre dicho distanciamiento, simplemente apareció. Fauci dirigió el Instituto Nacional de Alergias y Enfermedades Infecciosas de Estados Unidos, por sus siglas en inglés NIAID.

De los cierres prolongados, el reporte indica que causaron un daño incalculable no solo a la economía estadounidense, también a la salud mental y física de los ciudadanos, con un efecto especialmente negativo en los más jóvenes. En lugar de priorizar protección a las poblaciones más vulnerables, las políticas gubernamentales federales y estatales obligaron a millones de estadounidenses a renunciar a elementos cruciales de una vida sana y financieramente sólida.

El desempleo aumentó a niveles no conocidos desde la Gran Depresión. Las exageradas medidas de mitigación -o atenuación-, incluido el distanciamiento, afectaron desproporcionadamente a los trabajadores con bajos salarios.

Los problemas de salud físicos y mentales se incrementaron. Los intentos de suicidio en niñas de 12 a 17 años, aumentaron en un 51%.

Otro desengaño expuesto por el subcomité norteamericano es la falta de pruebas concluyentes en relación con la protección eficaz de las mascarillas a favor de los estadounidenses. Menciona que los funcionarios de salud pública cambiaron de opinión sobre la eficacia de las mascarillas sin proporcionar datos científicos a los ciudadanos, lo que provocó un aumento masivo de la desconfianza pública.

En el documento de 520 páginas, el caso de New York, a propósito de la orden dictada por el gobernador Andrew Cuomo, al obligar a las residencias de ancianos a que aceptaran a pacientes positivos del Covid, fue calificado como negligencia médica. Sostiene que las pruebas demuestran que Cuomo y su administración trabajaron para encubrir las trágicas consecuencias de sus decisiones políticas en un aparente esfuerzo por protegerse de la rendición de cuentas.

También se alude a que las pruebas sugieren que Cuomo, de manera deliberada, presentó declaraciones falsas al subcomité selecto en numerosas ocasiones sobre aspectos materiales del desastre provocado en la residencia de ancianos y el encubrimiento subsiguiente. El subcomité remitió a Cuomo para que sea procesado penalmente.

Por otra parte, las restricciones de viaje rápido implementadas por el presidente Donald Trump salvaron vidas. En esa dirección, al mencionar la entrevista transcrita a Fauci, el documento cita que estuvo de acuerdo con cada restricción de viaje emitida por la administración Trump. Y, agrega que dicho testimonio va en contra de la narrativa pública de que las restricciones de viajes eran xenófobas.

En relación con el origen del COVID-19, los miembros del subcomité señalan que lo más probable es que el virus surgiera de un laboratorio en Wuhan, China. Esto coincide con un informe publicado por el Departamento de Estado en enero de 2021, como lo cita (Fuentes 2024) en “Ficción o Realidad. Retóricas del Siglo XXI”.

El informe hace énfasis en que la publicación «The Proximal Origin of SARS-CoV-2» referente a desacreditar la teoría de la fuga de laboratorio utilizada por funcionarios de salud pública y los medios de comunicación, fue impulsada por Fauci para alentar la narrativa de que el Covid-19 se originó en la naturaleza.

El reporte del subcomité hace referencia a la Ganancia de Función o Gof, definida por los científicos como investigación biológica que se realiza mediante experimentos, con el objetivo de aumentar la virulencia y letalidad de los patógenos. En tal sentido, menciona que lo más probable es que el origen del COVID-19 sea un incidente registrado en el laboratorio de Wuhan, relacionado con el Gof, argumentando que los mecanismos actuales del Gobierno para supervisar la peligrosa investigación son incompletos, carentes de aplicabilidad global.

Al respecto de los procedimientos empleados por los NIH (Institutos Nacionales de Salud de Estados Unidos) para financiar y supervisar investigaciones potencialmente peligrosas, los miembros del subcomité determinaron que son deficientes, poco fiables y suponen una grave amenaza para la salud y la seguridad nacional. Además, asegura que los NIH fomentaron un entorno que promovía la evasión de las leyes federales de mantenimiento de registros, como se vio a través de las acciones del doctor David Morens y la “Dama de la FOIA”, Marge Moore. Morens fue asesor principal de Fauci y a Moore también la vinculan con Fauci en relación con las mencionadas irregularidades.

La investigación determinó inefectividad de las vacunas estadounidenses.

Otras de las conclusiones coinciden con denuncias internacionales que formularon científicos, médicos, abogados, periodistas y otros profesionales en torno a que la vacuna contra el COVID-19 no detuvo ni la propagación ni la transmisión. De igual forma, señala que la FDA apresuró la aprobación de la vacuna con el fin de cumplir con el plazo arbitrario del mandato de Joe Biden. Añade que 2 destacados científicos de la FDA advirtieron a sus colegas de los peligros de precipitar el proceso de aprobación de la vacuna y de la probabilidad de que se produjeran efectos adversos. Estos fueron ignorados, y días después la administración de Biden ordenó la vacuna.

Asimismo, concluyó que los mandatos de vacunación no fueron respaldados por la ciencia y causaron más daños que beneficios. Y, que el gobierno de Joe Biden, coaccionó a los norteamericanos sanos a cumplir con los mandatos de la vacuna del COVID-19. Además, pisotearon las libertades individuales, perjudicaron la preparación militar y despreciaron la libertad médica para imponer una nueva vacuna a millones de estadounidenses sin pruebas suficientes para respaldar sus decisiones políticas.

Otra de las conclusiones, antes denunciadas por científicos y médicos no alineados con los intereses de la gran industria farmacéutica norteamericana, se vincula con la inmunidad natural. El informe denuncia que los funcionarios públicos, de forma coordinada, ignoraron la inmunidad natural, “que se adquiere a través de una infección previa por COVID-19, al seguir las instrucciones por las vacunas”.

Los sistemas de notificación de lesiones causadas por las vacunas crearon confusión, debido a que no informaron adecuadamente a los estadounidenses sobre los eventos adversos o lesiones y deterioraron la confianza pública sobre la seguridad de las vacunas, durante la denominada pandemia.

En cuanto a la indemnización por lesiones el subcomité sostiene que el Gobierno no está adjudicando de forma eficiente, justa y transparente las reclamaciones de personas lesionadas por la vacunas de COVID-19.

Del informe también se desprende que los malos actores del COVID-19 deberán rendir cuentas públicamente.