Corea del Norte dice que nunca se sentará a dialogar con Washington
Seúl, 30 nov (EFE).- Kim Yo-jong, la hermana del líder norcoreano, Kim Jong-un, descartó este jueves la posibilidad de reanudar conversaciones con Washington y dijo que Pionyang “nunca se sentará cara a cara” con Estados Unidos.
Durante la reunión, la embajadora de Estados Unidos ante la ONU, Linda Thomas-Greenfield, dijo que Washington continúa llamando al diálogo con Piongyang, sin condiciones previas, y que corresponde al Norte “hacer esa elección” y “elegir el momento y el tema” a tratar.
“La soberanía de un Estado independiente nunca puede ser un tema de la agenda de negociaciones y, por lo tanto, nunca nos sentaremos cara a cara con EE.UU.”, dijo Kim y acusó al país norteamericano de “oprimir” la paz y la seguridad globales.
También hoy Corea del Norte afirmó que su primer satélite espía, que habría logrado poner en órbita hace algo más de una semana, habría tomado imágenes de instalaciones militares estadounidenses en San Diego y Japón, así como el Canal de Suez en Egipto.
El líder norcoreano, Kim Jong-un, habría revisado estas fotos satelitales en un informe de operaciones preparado por el Centro de Control General de Piongyang, según detalló hoy KCNA.
Medios norcoreanos informaron hoy de que dicho satélite habría tomado fotos de la Casa Blanca, el Pentágono y otras instalaciones estadounidenses clave en términos de defensa.
Corea del Norte, que ha dicho haber tomado también imágenes de bases militares estadounidenses en la isla de Guam, no ha mostrado de momento ninguna foto de las obtenidas por su nuevo satélite, puesto en órbita el pasado 21 de noviembre.
El año pasado Seúl aseguró que la resolución de las imágenes de un dispositivo de prueba lanzado por Pionyang eran muy pobres e insistió en la misma idea -aunque sin aportar pruebas concretas- cuando recobró restos de uno de los dos lanzamientos fallidos que Corea del Norte realizó en mayo y agosto de este año para tratar de situar el aparato en la órbita baja terrestre.
Los expertos creen que, independientemente de que la calidad de las imágenes que capte el satélite norcoreano pueda ser baja, el despliegue de este aparato es un importante salto que permitiría ahora a Pionyang detectar, por ejemplo, movimientos de tropas y activos u objetivos para potenciales ataques preventivos.