Corea del Norte rompe silencio con una amenaza tras anuncio del encuentro entre Kim Jong-un y Donald Trump
Y Pyongyang habló.
Dos semanas después de que un representante surcoreano anunciara que Donald Trump y Kim Jong-un aceptaron reunirse en persona, Pyongyang rompió su silencio, aunque no de manera directa.
Como de costumbre, lo hizo a través de la agencia oficial norcoreana, KCNA, y su mensaje fue claro: la situación ha mejorado pero hay que ser prudentes.
“Gracias a la medida proactiva y la propuesta de paz de la República Popular Democrática de Corea (nombre oficial del país), se ha creado una atmósfera extraordinaria para la reconciliación entre el norte y sur de Corea y una señal de cambio en las relaciones entre Corea del Norte y Estados Unidos”, señala la nota.
De forma inesperada, y tras el acercamiento ocurrido durante los Juegos Olímpicos de Invierno celebrados en febrero en Corea del Sur, Kim Jong-un invitó a su par surcoreano a reunirse con él.
Posteriormente, amplió esa invitación a Trump, a través de un representante surcoreano, quien además señaló que la desnuclearización de la península formará parte de las negociaciones.
El presidente estadounidense consideró que la presión ejercida por su gobierno y las sanciones internacionales fueron la causa del giro norcoreano hacia la diplomacia, pero Pyongyang recela de esta visión.
“Un perro ladrando en la Luna”
Corea del Norte critica a funcionarios y expertos de Estados Unidos y Japón, así como a facciones conservadoras de Corea del Sur, por “distorsionar la verdad” sobre sus esfuerzos diplomáticos.
“Esa basura de ‘como resultado de sanciones y presiones’… difundida por las fuerzas hostiles es tan absurda como un perro ladrando en la Luna”, señala el texto.
La oferta de diálogo de Corea del Norte es “una expresión de confianza (del país), ya que ha conseguido todo lo que quería”, sostiene.
Conversaciones en Finlandia
Trump aceptó reunirse con el líder norcoreano después de un año de altas tensiones entre ambos países, en medio de las repetidas pruebas nucleares y armamentísticas llevadas a cabo por la aislada nación asiática.
De momento, no obstante, poco se sabe de la posible reunión entre mandatarios, y algunos expertos se muestran escépticos sobre las intenciones reales del hermético país.
Podría producirse en mayo, después de otro histórico encuentro: el que tienen previsto celebrar el presidente surcoreano, Moon Jae-in, y el líder norcoreano en abril, la primera cumbre intercoreana en 11 años.
Esta semana, se celebraron conversaciones informales entre representantes de Corea del Norte, Corea del Sur y EE.UU. en Finlandia, en las que también estuvieron presentes miembros de la ONU y otros países de Europa.
Pese a que no se desveló la agenda de estos diálogos, desde la cancillería finlandesa destacaron que los participantes intercambiaron opiniones de manera constructiva en una “atmósfera positiva”.
Estos encuentros se produjeron poco después de que los cancilleres de Corea del Norte y Suiza se reunieran para preparar la posible cumbre entre Donald Trump y Kim Jong-un.
De celebrarse, el cara a cara entre Trump y Kim sería el primer encuentro entre un líder norcoreano y un presidente estadounidense en el cargo, una cita histórica que está llena de desafíos, según destacó en una entrevista reciente Jim Walsh, un veterano experto en asuntos de seguridad internacional que participó en negociaciones con los norcoreanos.
“Si la diplomacia funciona, fantástico. Pero si las negociaciones colapsan, todas las partes se irán enfadadas y tomarán una postura más agresiva que la que tenían antes”, auguró en declaraciones.