Reportajes

CSS podría asumir negocio del agua

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Una de las  fórmulas  para  mejorar  los rendimientos  de la  Caja  de  Seguro Social  y  darle oxígeno  al programa de  Invalidez, Vejez  y Muerte, podría  ser que el negocio de la  potabilización  del  agua, pase  a esta institución.

Estas  declaraciones  las ofreció  a  La  Verdad, el profesor  Juan Jované, quien  sostiene  que, si  se  pretende  privatizar  el recurso  agua,  le correspondería  al  Estado colocar  la mitad de los  fondos  y la  otra, a la Caja de Seguro Social, ayudando  de  esta manera a la capitalización  del  fondo de pensiones, además  de  elevar  la  rentabilidad  del programa de  Invalidez, Vejez  y Muerte.

La  búsqueda  de    mejores  rendimientos  para  impulsar  el  desarrollo  nacional, no deja de  ser una  prioridad, no obstante, para Jovanè, históricamente  el Banco  Nacional  ha avenido  abusando  de la  Caja, utilizando  sus fondos  como  si fuera  una  reserva  del  Estado, colocada  con  gran liquidez  y escasa  rentabilidad. Esto no ha  cambiado por la falta de  voluntad  política de  los  sucesivos  gobiernos.

Crisis  inminente

Considera  el  ex  director  de la  institución,  durante  el gobierno  de Mireya Moscoso, que el  problema está en la Ley 51 del 27 de noviembre de 2005, la que generó una separación en dos partes del Programa de Invalidez, Vejez y Muere (IVM), El componente llamado de beneficio definido, que realmente es un sistema solidario, se convirtió en lo que técnicamente se llama un grupo cerrado, ya que toda persona inscrita en la CSS del 2008 en adelante, pasa automáticamente al nuevo componente que se llama mixto, el cual es básicamente un sistema de cuentas muy poco solidario. La Ley 51 determina además, que los fondos de los dos subsistemas están absolutamente separados.

Asamblea  responsable de la  agonía  financiera

De esto se desprende que las personas que están en el sistema de beneficio definido están en un grave problema. Este sistema opera de manera que la generación actualmente jubilada recibe su pensión gracias a las cuotas que pagan quienes son trabajadores activos en ese sistema. Sin embargo, como más nadie entra en ese sistema, resulta que esa última generación del modelo solidario (beneficio definido) no tendrá un generación tras de sí que les sirva de soporte a sus pensiones. Estas serán pagadas de las reservas hasta que se agoten, lo cual según algunas proyecciones ocurrirá en cerca del 2024.

Este problema se les advirtió a los funcionarios y diputados de la época del gobierno de Martin Torrijos, ya que es un fenómeno conocido en la literatura del tema, el cual se conoce como el problema del costo de la transición. Estos sin embargo, siguieron adelante con la aprobación de la Ley 51, perjudicando a los asegurados y al propio país.

Aumento de la  edad  de    jubilación

Esta es  una  de las  banderas  que enarbolan los  empresarios y  que para  Juan Jovanè, es  una salida siempre en contra de los más vulnerables. Un ejemplo aclara la situación. Un trabajador proveniente de una vida laborar físicamente desgastante que puede tener una esperanza de vida de apenas 5 años después de la jubilación, estaría perdiendo el 20% de sus derechos por cada año en que se aumente la edad de jubilación. En cambio alguien que tenga una vida basada en altos ingresos, que lo coloca en un ambiente social adecuado, podría sobrevivir has 20 años luego de la jubilación, en este caso la elevación de un año de jubilación solo le representaría una pérdida del 5% de sus derechos.

Es difícil, además, imaginarse hasta donde habría que elevar la edad de jubilación para que el último trabajador o trabajadora que entro al sistema solidario (beneficio definido), que ingreso al seguro social cerca del año 2006, logre una pensión aunque sea mínima.  Esta salida, por tanto, no parece viable.

Una Caja en quiebra significaría  ingobernabilidad

Las  jubilaciones  están en peligro, según  expertos, habrá fondos  hasta  el 2024. Esto significa  una  bomba  social  y el problema es inminente. Puede que sea un poco antes o un poco después de esa fecha.

Ante  la pregunta  hipotética de una eventual quiebra  de la institución, el  economista expresó:

“Se daría una situación muy difícil desde el punto de vista social, se correría el riesgo de una situación prácticamente de ingobernabilidad. De alguna u otra forma se va a dar una salida. Lo importante es que la misma apunte hacia la solidaridad y no hacia el extremo sacrificio de la población asegurado”.

Son cuatro elementos,  que  según  Jovanè  deben imponerse para salvar  a la  institución:

1-Restaurar  la  solidaridad

2-Que  el  gobierno asuma  su responsabilidad  constitucional, en términos del financiamiento  de la salud

3-Elevar  la rentabilidad de las  inversiones

4- El Gobierno  debe  ayudar  a capitalizar a la  Caja de Seguro Social

Los intereses  de  hacer  quebrar  la entidad  de seguridad  social  para  obligar  al  incremento de las pensiones privadas, siempre  existen, pero  cree que estarían pensando  en mantener  el sistema nominalmente  como público y quedarse  con el manejo de los fondos para  lo cual  le  “venderían” a la Caja, los llamados servicios de  capitalización que, dicho sea de paso, son sumamente costosos  para  los  asegurados.

No existe ninguna salida razonable fuera de volverle a dar al sistema un fuerte sentido solidario. Las llamadas medidas paramétricas que tendrían que sufrir quienes hacen parte de la última generación del sistema de beneficio definido son, a mi juicio,  extremas.

Además, el sistema mal llamado mixto, se basa en cuentas individuales diseñadas para generar una situación favorable a quienes tienen altos ingresos, a la vez que solo permitirá pensiones muy insuficientes para los trabajadores con salarios bajos y medios. Este sistema reproduce la conocida estructura de inequidad en la distribución del ingreso que caracteriza a nuestro país.