Día de la Mujer Indígena, una lucha por la igualdad
El 5 de septiembre como Día Mundial de la Mujer Indígena fue declarado en el año 2015 por Asamblea Nacional de Diputados (Ley 9, de 31 de marzo de 2015) con la finalidad de promover los valores, virtudes, cultura y tradiciones que ella aporta al desarrollo del país.
Esta conmemoración tiene su origen en el Segundo Encuentro de Organizaciones y Movimientos de América celebrado en 1983 en Tiwanako, Bolivia, donde se llegó a la conclusión de que era necesario visibilizar el impacto que tiene la influencia de la mujer indígena en la preservación del legado ancestral de su cultura y tradiciones de su pueblo.
La fecha escogida rememora el asesinato de Bartolina Sisa, el 5 de septiembre de 1782, quien fue ahorcada y descuartizada cuando lideraba junto con su esposo el caudillo Túpac Katar, la resistencia indígena de los pueblos andinos en contra del yugo español en el Cuzco, Perú.
Nacida el 24 de agosto de 1753 se dedicaba, como la mayoría de las mujeres de su raza, a confeccionar telares.
A pesar del esfuerzo legislativo, la fecha pasó en nuestro país sin pena ni gloria.
La mujer de nuestros pueblos originarios sigue siendo invisible y sus necesidades y derechos ignorados. Doscientas cincuenta mil mujeres indígenas aproximadamente, distribuidas en 7 etnias a nivel nacional, concentran el 96.3% la pobreza y pobreza extrema en un país que ocupa el quinto lugar en orden de mayor desigualdad económica de la región, y el décimo en el mundo.
Por otro lado, mientras que el promedio nacional de la mortalidad de tasa materna es de 80.5 muertes por cada cien mil nacidos vivos, en la comarca Gunayala es de 542.3 y en la comarca Ngäbe Buglé: 300.5 Si, por ejemplo, las salas de parto de nuestro sistema de salud pública respondiera a un modelo de interculturalidad, tal como lo consagra el artículo 10 del Pacto de San Salvador (del cual Panamá es parte), traer una nueva criatura el mundo sería un proceso menos traumático y constituiría el primer contacto del nuevo ser con su cultura y tradición.
Por cierto, el parto de la mujer indígena es vertical, un modelo que se ajusta más al proceso natural del nacimiento y que han adoptado los países nórdicos, como el mejor método para parir, procurando el bienestar de la madre y el hijo. Tenemos que valorar la indígena que corre por nuestro ADN, nuestras hermanas tienen mucho que enseñarnos de la vida, nosotras, mucho que aprender de ellas…. FELIZ DÍA DE LA MUJER INDÍGENA PANAMEÑA.