¡Dos horas de martirio!
Edmundo Dante Dolphy
Son las seis de la tarde y decenas de miles de panameños llegan a sus hogares, cansados y estresados por un tranque amargo que llama a la resignación, para sentarse en el sofá y encender el televisor con el único objetivo de ver las noticias.
Amarga decepción; los noticieros de las dos principales televisoras comerciales del país, han derramado los nutrientes de contenido profundo, por comida chatarra que en lugar de informar y orientar, nos conduce por un desierto inmisericorde, en el que no tenemos ninguna oportunidad de tomar algo de agua, esa agua no es más que información interesante que te lleve a conclusiones en torno al destino de Panamá.
La calidad, mística, entrega y creatividad de los años dorados pero harto difíciles del periodismo, le han dado paso a una mediocridad preocupante en la selección, tratamiento y difusión de la noticia, al punto que el contenido de la mañana incluyendo las entrevistas, se erigen como grandes titulares de sus noticieros estelares, saturando a la teleaudiencia con material que ya dejó de ser noticia.
Triste y decepcionante que el principal noticiero sea el matutino, cuando tienen todo el día para articular una serie de temas que realmente le hagan salir la fibra, el músculo y la fuerza al libreto del denominado noticiero estelar, que no es más que un refrito vulgar, incluso, con 24 horas de haber sido difundido en ediciones pasadas sin ningún otro enfoque o reacción que se lo haga tragar mejor al público.
Las comunitarias y las policivas son la columna vertebral de los informativos. Claro que son importantes, pero desgastar una unidad móvil y darle tiempo exagerado, es abusar de la inteligencia del telespectador, cuando hay temas de legítimo interés nacional que pareciera, no existir en la agenda de los jefes de asignación o del propio director de noticias.
El género entrevista desapareció por arte de birlibirloque de las pantallas, salvo excepciones en casos de escándalos, de otra manera jamás. Los cara a cara entre sectores económicos, políticos – sociales y las exclusivas que hacían la diferencia, son temas del pasado.
Deben reconocer los gerentes de servicios informativos – como elegantemente se les llama hoy- que para ser líder, es ineludiblemente necesario, generar corriente de creatividad, de investigaciones propias del medio y no dejar que la agenda informativa la impongan los medios de comunicación impresos, como sucede desde hace muchos años.
No recuerdo ninguna bomba informativa que haya estremecido al país, que tenga de autor alguna cabeza de las salas de noticias de las televisoras, todo lo contrario. La carencia es evidente.
La Ultima Hora, es otra frase con la que irrespetan al televidente; para utilizar este cintillo, se tiene que adentrar en lo que conocemos como percepción selectiva, que no es más que, evaluar el impacto del hecho noticioso, ya sea social, humano o económico. Pero no llamarle “Ultima Hora” a una pinche reunión de políticos, a un cierre de calles por falta de agua si ese es el menú diario en este país.
Son dos horas de martirio, si a ese pesado tiempo le agregamos los “Avances Informativos” con los que bombardean al televidente con la única intención de mantenerlo esclavo a un noticiero que le urge una inyección de nutrientes.
Lo más irónico es que lo que avanzan, ya te lo han presentado, pero insisten en aturdir al público.
Se perdió la identidad, ambos canales se uniforman a las 6 de la tarde para ofrecerte caliche o chatarra.