EL DATO 14 DE ABRIL 2017
Sertracen no sirve
El servicio de Sertracen, si lo medimos del 1 al 5, fracasa rotundamente. Esta gente nos saca millones de dólares anuales en concepto de expedición de licencias y demás, pero le niega los sanitarios a los usuarios, porque es de uso exclusivo del personal.
Cochinos en Sertracen
El colmo de todo es que los aparatos para las pruebas auditivas y visuales, están descompuestos y sucios. Cualquiera puede resultar infectado y después no sabe dónde ni cómo. Le pasamos el dato al Ministerio de Salud para que se dé su vuelta. Con los 10 dólares que cuesta cada prueba, más los 20 de la licencia, es suficiente para comprar aparatos desechables.
¡Corredera!
Nos contaba un ahijado de Josefa que en la sede de la Caja de Inseguridad Social en Clayton, emanaban olores desagradables de varias direcciones ejecutivas, producto de los dolores de estómago que trajo la designación del nuevo director general. Pillaron a varios retirando fotos de la familia de los escritorios y pidiendo máquinas trituradoras. ¿Y eso para qué?
Auditoría
Los que conocen el monstruo de la Caja por dentro, desde ya dicen que lo primerito que hará el proctólogo, es hacer valer su especialidad, con la práctica de una auditoría profunda y sin anestesia. ¡Caiga quien caiga!
Arrastrómetro
Qué pena que un ministro de Seguridad diga que quien determina las áreas para atacar la delincuencia, es el presidente. Oiga, mande a su relacionista público a comprarle vaselina para curarse el pecho. ¿Usted qué es lo que hace entonces?
¡Tongos que dejen la coimeadera!
A los tongos del tránsito que por favor, cumplan con las normas y dejen de estar coimeando a los conductores para estos días de descanso. Ya la tarifa para la sopa subió hasta 20 palos, según un sobrino de Josefa. Pongan la boleta cuando realmente se cometió la infracción y punto.
No lo ayuda nombramiento
Esos que dicen ser analistas políticos aseguran que la designación de Brad Pitt, en la gerencia de Tocumen S.A. no le ayuda en sus aspiraciones presidenciales, a menos que haga su campaña entre los viajeros que usan la terminal aérea. ¡Plop!