¿Fraude en la Constituyente? Los argumentos de la oposición para desconocer los 8 millones de las elecciones del domingo
“Una votación alta, sorpresiva”. Así calificó las elecciones del domingo para la Asamblea Nacional Constituyente (ANC) la presidenta del Consejo Nacional Electoral (CNE), Tibisay Lucena.
Se basaba en los datos que ella misma anunció: 8.809.320 votos de un padrón de más de 19 millones de electores para elegir el grupo que redactará la nueva Constitución de Venezuela, impulsada por Nicolás Maduro.
La reacción de la oposición llegó incluso antes del anuncio de Lucena: “Fraude”, denunciaron.
Según encuestas, 6 de cada 10 venezolanos desconfían del CNE, un ente protagonista en un país con una elección al año en promedio.
Lucena no solo es una de las figuras políticas más conocidas del país, sino que suscita insultos casi tan severos como los que dedican a Maduro.
Por eso su declaración en la tarde del domingo de que “el 99% y más de la población venezolana está votando” generó ya no críticas, sino burlas y memes en las redes sociales.
Hasta hace poco, en especial cuando la oposición arrasó en las legislativas de 2015, una parte de la oposición confiaba en la seriedad y tecnicidad del ente electoral, que tiene un sofisticado sistema de votación digital. Pero esto cambió el domingo.
Elección y resultado “amañados”
No solo la oposición, sino también la Federación de Colegio de Abogados de Venezuela y la Fiscal General, Luisa Ortega Díaz, han rechazado la legalidad de la ANC.
Primero, porque fue una elección “sectorial y territorial” en lugar de “universal”, como establece la Constitución actual, promulgada por Hugo Chávez en 1999.
La oposición asegura que el domingo la gente podía votar más de una vez y que millones de empleados públicos fueron obligados a participar bajo la amenaza de perder su empleo.
El acceso a la prensa a los centros de votación estuvo limitado, no hay información concreta en la página del CNE sobre los comicios y la veeduría internacional fue de países aliados del gobierno.
Sin embargo, fotos en redes sociales de puestos de votación al parecer vacíos hicieron que muchos concluyeran que la participación fue baja.
Pero además los críticos presentan un segundo argumento constitucionalista: si bien el presidente tiene la facultad de llamar a una ANC, esta iniciativa debe ser aprobada por el pueblo en un referendo abierto. Y eso, según el Maduro, era innecesario.
“No debimos estar celebrando la elección de los constituyentistas, sino la convocatoria del pueblo venezolano con una pregunta muy sencilla: ¿Está usted de acuerdo o no con la ANC?”, dijo Luis Emilio Rondón, rector que representa a la oposición en el CNE.
Pero Lucena ha descalificado las declaraciones de Rondón, que estima como “meras opiniones”.
Y el presidente Maduro aseguró el domingo que esta elección “tiene la fuerza de la legitimidad, la fuerza moral de un pueblo que de manera heroica, en condiciones de guerra, salió a votar”.
Ni referendo ni elecciones regionales
Desde que la oposición ganó la mayoría de la Asamblea Nacional en diciembre de 2015, Venezuela ha vivido un choque institucional entre sus diferentes poderes.
El Tribunal Supremo de Justicia ha respaldado todas las decisiones de Maduro y el CNE, mientras que ha relegado a la Asamblea al declararla “en desacato”.
El año pasado, la oposición intentó usar la facultad constitucional de convocar a un referendo contra el presidente en la mitad de su mandato.
Pero el CNE suspendió el proceso contra Maduro después de que tribunales de siete estados del país sentenciaron que la oposición hizo fraude en la recolección inicial de firmas.
Además, las elecciones regionales que estaban pautadas para diciembre pasado fueron pospuestas y es incierto si la nueva Constitución aplace aún más su celebración, previstas ahora para el 10 de diciembre.
La oposición dice que el gobierno “no se quiere contar” y por eso “impide toda elección libre” y solo se somete a una elección “amañada” como la del domingo.
Maduro y sus copartidarios, sin embargo, dicen que la Constituyente “nació con una gran legitimidad popular”.
En medio de la crisis, los números “no dan”
Las elecciones del domingo fueron boicoteadas por la oposición, por lo que el resultado servía como termómetro del apoyo del gobierno.
Teniendo en cuenta la situación del país, muchos dudan de que el chavismo tenga 8 millones de simpatizantes.
Eso, además, es más gente de la que votó por el carismático y popular Chávez en cualquier elección y en tiempos de bonanza.
En las legislativas de 2015, con una crisis económica menos grave que la actual, el oficialismo recibió 5,6 votos.
Mientras el choque de trenes ha inundado la agenda política del país, la crisis económica se ha agravado y con eso la popularidad de Maduro se desplomó.
Según diversas encuestas, más del 80% de los venezolanos quiere cambio de gobierno. ¿Cómo puede ser, entonces, que más de 8 millones, casi el 50% del padrón electoral, haya votado en una elección sin oposición?
Esa es la duda que llevó a decenas de gobiernos, entre ellos Colombia, Estados Unidos y Brasil, a desconocer los resultados del domingo.
La coalición opositora de la Mesa de la Unidad Democrática (MUD) celebró hace dos semanas una consulta popular en la que supuestamente 7,6 millones rechazaron la Constituyente.
De acuerdo al dirigente opositor Henrique Capriles, solo 2,2 millones votaron este domingo. “Siendo generoso”, añadió.
En una jornada que según la oposición murieron 14 personas, Capriles dijo que “en Caracas hubo más policías y guardias reprimiendo que gente en los centros de votación”. Pero para Maduro la violencia es promovida por la oposición. Y la Constituyente, por el contrario, es “un mandato por la paz de Venezuela”.