Geopolítica de la Relaciones Internacionales. Las Declaraciones de Donald Trump
Por: Dr. Rigoberto Castillo G.
Doctor en Ciencias y Humanidades,
Master en Derecho Internacional y Abogado.
Los acontecimientos geopolíticos de octubre de 2024, en Rusia (Cumbre de los BRICS+, en Kazán, y su última ampliación en enero 2025, en la que Brasil asumió la presidencia del grupo BRICS+), las recientes declaraciones de Donald Trump de anexar a Canadá como el Estado 51, la compra de Groenlandia a Dinamarca, renombrar el Golfo de México como “Golfo de América” (entiéndase “de los Estados Unidos”) y de retomar el control del Canal de Panamá, marcan drásticos cambios en la geopolítica regional y mundial, en particular en Panamá, donde dichos efectos se podrían sentir a corto plazo.
El impacto geopolítico y geoeconómico del BRICS+ (Rusia, China, India, Brasil, Sudáfrica, Bolivia, Bielorrusia, Etiopia, Egipto, Irán, Emiratos Árabes Unidos, Malasia, Indonesia, Tailandia, Cuba, Kazajistán, Uganda y Uzbekistán – Arabia Saudita ha suspendido temporalmente su ingreso), rebasan las posibilidades hegemónicas de los EE.UU. de afectar el proceso y los objetivos del grupo de fortalecer sus relaciones económicas, la diversificación de sus recursos naturales, ampliar sus mercados e impactar en las políticas internacionales. Los BRICS+ en la actualidad representan el 51% de la población mundial y el 40% del PIB de todas las economías.
Como dato curioso, a EE.UU. le tomo, desde 1917 a 1991 (74 años), junto a los países de Europa Occidental desintegrar a la Unión Soviética (exURSS); y, desde 1948 (año en el que se concreta el Campo Socialista en Europa Oriental) a 1991 (43 años) disolver el sistema socialista implantado en Europa Oriental, lo que le llevo a vencer a su rival la exURSS, iniciando así su dominio unipolar, que de paso tuvo una duración de menos de 20 años.
Pero poco le han valido a los EE.UU. los años de experiencias y de dominio acumulados durante la guerra fría (de 1947 a 1991), ya que, en medio del caos de las actuales relaciones internacionales su hegemonía unipolar decrece paulatinamente; proceso que inició al instante mismo en que la exURSS se desintegro; y es que, en el actual escenario mundial emergieron de forma inexpugnable nuevas potencias militares y económicas (Rusia, luego de la 43a Conferencia de Seguridad de Munich-2007, China, con un proceso de desarrollo económico-social imparable – de 1978 al presente), y en menor grado India, marcando el fin de la unipolaridad y el inició de otra era multipolar, que es empujada hacia un Nuevo Orden “Trilateral” de gobernanza y de relaciones internacionales (EE.UU., Rusia y China).
Las declaraciones del presidente electo Trump no constituyen, únicamente, un accionar injerencista, a través de una nueva versión de la Doctrina Monrroe (Neo-Monrroismo) sino por el contrario, son el resultado de factores internos y externos de las propias debilidades que interioriza y enfrenta la potencia estadounidenses en el ámbito de su economía y sus relaciones internacionales; en este caso, sus decadentes posibilidades de dominio y gobernanza global de contener a Rusia y a China en América Latina y el mundo. Las declaraciones de Trump son el reflejo de esa realidad.
Respecto a Panamá, las declaraciones de Trump son de presión política, y no jurídicas. Trump busca intimidar a la clase política panameña, para que por ninguna causa “caiga” bajo el control de China o de Rusia. Lo que denota el gran temor y debilidad de los EE.UU. a ambas potencias.
El tema del alto costo de los peajes del Canal son un sin sentido pretexto, pues estos se fijan con el concurso de todos los entes navieros mundiales interesados (incluido los de EE.UU.) bajo un sistema de tarifas (fija y de capacidad) que se ajustan periódicamente y que se aplican uniforme e imparcialmente a todos los barcos que transitan por el Canal de Panamá, lo que indica que Trump, realmente busca limitar los intereses futuros de China en Panamá, retando así a la clase política panameña y violando la libre determinación de Panamá como Estado soberano e independiente.
Respecto a Groenlandia y Canadá, las recientes declaraciones de Trump demuestran que existe una necesidad inherente de “atrincheramiento regional”, de la seguridad nacional estadounidense ante los bruscos cambios en la geopolítica actual que se avecina, aun nuevo Trilateralismo. Lo que demuestra que el mundo se encuentra en un proceso imparable de cambios a los que la economía y los medios de defensa estadounidenses les resulta, día a día, complicados enfrentar y disuadir.
El nuevo enfoque de seguridad estadounidense abarca el espectro de todo el continente americano, desde Canadá, hasta la Tierra del Fuego, lo que sí realmente es un review de su política exterior, de ahí la designación de Marco Rubio como futuro Secretario de Estado.
Los EE.UU. se encuentra en declive hegemónico, inseguro geopolíticamente y ávido de riquezas y recursos de otros países, lo que lo hace de cuidado.