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Jóvenes los más afectados: más de 50 mil casos de  trastornos mentales se registraron en el año 2022

Mileyka Valdespino / La Verdad Panamá

La salud mental es un componente esencial de nuestro bienestar general y calidad de vida. Incluye nuestro bienestar emocional, psicológico y social, y se refiere a la forma en que pensamos, sentimos, actuamos y enfrentamos el estrés. Una buena salud mental permite a las personas manejar las tensiones de la vida diaria, trabajar de manera productiva y contribuir a sus comunidades.

Datos recientes revelan un aumento constante en los casos de trastornos mentales en el país. Según el Ministerio de Salud,  en el año 2022, se registraron más de 50,000 casos de trastornos mentales en todo el territorio nacional. Este número representa un aumento del 20% en comparación con el año anterior.

Uno de los aspectos más preocupantes de esta crisis es el alarmante incremento en los casos de suicidio. La tasa de suicidios en Panamá ha experimentado un aumento del 30% en los últimos cinco años. Solo en 2022, se reportaron más de 700 suicidios en el país.

Para comprender la gravedad de la situación, es esencial sumergirse en las cifras precisas que describen esta crisis en Panamá. Según datos del Ministerio de Salud de Panamá y la Organización Mundial de la Salud (OMS): El grupo de edad más afectado son los jóvenes entre 15 y 29 años, siendo el suicidio la segunda causa principal de muerte en este grupo demográfico.

Se estima que al menos un 10% de la población de Panamá sufre de trastornos mentales, incluyendo depresión, ansiedad y trastornos por estrés postraumático.

Estas cifras muestran un panorama sombrío y plantean la urgente necesidad de intervenciones efectivas para abordar la salud mental y la prevención del suicidio en Panamá.

Una  conversación con la psicóloga Paola Blanca nos confirma los índices de aumento en la tasa de suicidio específicamente en las edades de los 20 a los 24 años de edad, muchas veces debido a la poca importancia que le damos al comportamiento de estas personas de adultez temprana, por ende, se ve el caso en el que muchas organizaciones han empezado a dicta talleres para manejar situaciones de tristeza o desesperanza. Manifiesta que cuando hablamos de la desesperanza en términos del suicidio son aquellos tipos de personas que no le ven el motivo a seguir viviendo, no le ven la audacia de una vida tranquila o normal, por lo cual, este tipo de información está basada en manejar el estrés, las circunstancias que nos generan ansiedad para hacer un mejor manejo de las actividades.

María Flores , psicopedagoga y especialista en el desarrollo emocional de los estudiantes, resalta la necesidad de integrar la educación sobre salud mental en los programas académicos: “Los educadores deben estar capacitados para identificar signos tempranos de problemas de salud mental y proporcionar apoyo adecuado a los estudiantes. Esto no solo implica enseñar sobre salud mental, sino también fomentar un ambiente donde los jóvenes se sientan seguros al expresar sus emociones y buscar ayuda”.

Manifiesta que algunas estrategias para abordar la salud mental en las aulas van desde la sensibilización y educación integrando programas de educación sobre salud mental en el currículo escolar para aumentar la conciencia y comprensión de los desafíos mentales. Brindar espacios seguros de diálogo estableciendo momentos regulares para que los estudiantes compartan sus preocupaciones y emociones, promoviendo un entorno donde se sientan escuchados y apoyados. Todo esto acompañado de la formación a los docentes proporcionando capacitación constante a los educadores para reconocer señales de problemas de salud mental y ofrecer orientación apropiada.

Comparte  su experiencia

Christian compartió su experiencia manifestando que fueron diversas situaciones familiares lo que lo llevaron a pensar en tomar está decisión, “el mejor apoyo que puedo recibir es alguien a quien le gusta hablar conmigo, alguien con el que yo me pueda desahogar”  Yo creo que muchas personas que han pasado por esto necesitan desahogarse. Manifiesta que tratar los problemas mentales es un privilegio. Hay muchísimo estigma con respecto a la salud mental, a la vez el nivel económico influye  ya que es importante la terapia y apoyo.  Muchas veces el Seguro Social no brinda la atención a tiempo en cuanto a esto y es necesario recurrir a servicio de psicología pagada porque el tiempo de espera es menos.

Para Ana fue importante identificar que factores influyen en la salud mental tales como experiencias traumáticas en su infancia y adolescencia, así como altos niveles de estrés en su vida cotidiana, fueron definitivamente desencadenantes importantes. “También sentí una presión constante para cumplir con ciertas expectativas sociales y profesionales, lo que aumento mis sentimientos de ansiedad y baja autoestima”.

Ante está crisis es importante que se intensifiquen los esfuerzos para abordar estos desafíos con ampliación de Servicios de Salud Mental incluyendo capacitación de profesionales y establecimiento de clínicas especializadas, educación y conciencia pública con campañas de concienciación para eliminar el estigma y aumentar el entendimiento público sobre los problemas de salud mental, apoyo comunitario con la creación de redes de apoyo, donde los afectados pueden compartir sus experiencias y recibir ayuda de manera solidaria, líneas de ayuda y asesoramiento para proporcionar apoyo emocional y orientación a quienes lo necesitan.

La salud mental y la prevención del suicidio en Panamá son desafíos complejos y urgentes que deben abordarse con determinación y compasión. Es esencial continuar ampliando la conciencia, mejorar el acceso a la atención, y fomentar una sociedad comprensiva y solidaria. La lucha por la salud mental es una responsabilidad compartida, y solo un esfuerzo conjunto puede ofrecer un camino hacia un Panamá donde la esperanza y la sanación prevalezcan sobre la desesperación.