Enfoque Global

La dramática situación de los sobrevivientes de Mosul tras la expulsión de Estado Islámico de Irak

A Sally Becker, directora de la organización británica Road to Peace (Camino a la Paz), lo que ha visto en la ciudad iraquí de Mosul la ha dejado impactada, especialmente por el estado de muchos niños.

Esta localidad, la segunda más grande de Irak, acaba de ser liberada de la presencia de combatientes del autodenominado Estado Islámico (EI), que establecieron uno de sus bastiones allí hace más de tres años.

El primer ministro de Irak, Haider al Abadi, declaró la victoria de sus tropas en Mosul este lunes. Pero detrás de las celebraciones hay una enorme crisis humanitaria que comienza a ser revelada.

“Es la peor batalla que he visto, la peor devastación y el peor estado de la gente, porque han estado solos y enfermos”, le cuenta a la BBC Sally Becker, quien estuvo durante los últimos meses en Mosul.

“Han estado sufriendo un trauma. Han estado sufriendo los efectos de vivir sin comida y agua, han estado viviendo como ratones”, explica la directora de Road to Peace sobre los niños que encontró en la ciudad iraquí.

Traumatizados

Desde el minarete de la Gran Mezquita de al Nuri, hoy reducido a ruinas, en junio de 2014 el líder de EI Abu Bakr alBaghdadi proclamó la instauración de un califato en los territorios de Irak y Siria.

La ciudad de Mosul se convirtió en el bastión de EI en Irak, donde el grupo aplicó un duro control de la vida de todos sus habitantes bajo su visión de la ley islámica.

Antes de la llegada de EI a Mosul ahí vivían unos dos millones de personas, pero miles han muerto desde entonces y unos 920.000 fueron desplazados.

En los últimos nueve meses, las fuerzas iraquíes han llevado a cabo una gran ofensiva con apoyo de militantes kurdos y una coalición internacional liderada por EE.UU., hasta que este lunes recuperaron el control de Mosul.

“Han estado viviendo tres años bajo Estado Islámico y eso se ve en sus caras, en sus ojos, en sus ropas, en la manera en que caminan, en todo”, explica Becker.

“Han estado sufriendo tanto que realmente ya no sienten. Están tan traumatizados que ya no piensan, van hacia adelante con la mirada perdida. Es tan extraño”, explica Becker.