La juventud regresará
Han transcurrido 54 años de aquella gloriosa epopeya del pueblo panameño. Es otra vez 9 de Enero y la patria agradecida honrará a los que ofrendaron sus vidas por extirpar el enclave colonial que dividió en dos a Panamá, separando una parte de la otra no solo por el canal sino por las áreas adyacentes donde gobernaba un ciudadano norteamericano y existían 14 bases militares.
54 años separan aquella generación célebre con esta generación nacida en el año dos mil y que este año estrena la mayoría de edad. Para estos jóvenes van dedicadas estas palabras.
El 9 de enero fue posible porque hubo una juventud que se forjó en valores morales y patrióticos. Que tuvo como héroes a verdaderos patriotas que la antecedieron y que desde el Movimiento Inquilinario en los veinte, pasando por la gesta de los tratados Filós-Hines en 1947, Mayo del 58, Cerro Tute en 1959, entre tantas jornadas, les eran fuente de inspiración.
Una generación que tuvo, como sus antecesores, el objetivo de librar a Panamá de ese enclave colonial y eso la motivaba a la lucha.
Una juventud rebelde y luchadora, pero también humilde, que no buscaba protagonismo sino que iba pro a la muerte con el pecho abierto, por ideales puros y genuinos. Que supo en todo momento conectarse con las justas causas de su pueblo, especialmente los pobres, humildes y la clase trabajadora hoy tan vilipendiados.
Esa generación lavó con su sangre todo aquel origen dudoso y afrentoso de nuestra bandera y del himno nacional, se los arrancaron a la oligarquía y los convirtieron en símbolos sagrados de nuestra soberanía.
Esa juventud trazó el sendero por donde las nuevas generaciones deben transitar. Pero la clase dominante llenó ese sendero de maleza y tinieblas para que las nuevas generaciones no lo encuentren.
Por eso es que cada año es importante recordar a los Mártires de Enero, a aquellos que vertieron su sangre por la causa más gloriosa de nuestro pueblo, la que en verdad nos puso en el mapa de los pueblos que anhelan libertad y dignidad.
Hoy nuestra juventud es la principal víctima de un sistema económico injusto, que cada vez hace más grande la brecha entre ricos y pobres, siendo así Panamá uno de los países más desiguales del orbe. Un sistema que niega oportunidades de educación y de empleos dignos a los jóvenes y que buscan convertirlos en simples peones de quienes mueven los hilos del poder y sus herederos.
Un sistema que mediante los medios de comunicación y programas venenosos buscan aturdir a la juventud, enjaular su rebeldía natural y convertirla en presa fácil de los intereses de los poderosos.
Ello explica que este año, esos mismos sectores busquen, so pretexto de combatir la corrupción de los que ellos hacen parte, convertir el 9 de enero no en un Día de Duelo Nacional, sino en un día para realizar otro show carnavalesco, otro acto circense, un vulgar parking.
Así buscan que esta juventud sea proclive a la corrupción, a la drogadicción, a los antivalores, al clientelismo, el juega vivo, que estos les parezcan cosas naturales, cosas con lo que no pueden evitar convivir.
El 9 de enero fue posible porque hubo institutores organizados en su Asociación Federada (AFIN) lo cual se niega hoy en día. Desde hace años en los colegios secundarios se obstaculiza el derecho de los estudiantes a organizarse, porque temen a la fuerza y al poder de una juventud consciente como la de enero de 1964.
Para el sistema mafioso es preferible que se organicen en pandillas o grupos delincuenciales, porque los ladrones de cuello blanco y el narcotráfico que ha penetrado los poderes del Estado y los partidos tradicionales también requieren de sicarios, robots, delincuentes de poca monta que le sirvan de chivos expiatorios y mafiosos que le cuiden sus espaldas y le sostengan las cuotas de poder que han logrado.
Por eso para las clases dominantes le es esencial borrar la memoria histórica del pueblo, frenar el ímpetu y la rebeldía de la juventud y convertirla en masa amorfa, sin objetivos sin inspiración.
El aire siempre fresco de la gesta heroica del 9 de Enero debe llenar los pulmones de la juventud actual para dotarla de esa rebeldía contra las injusticias sociales y de ese espíritu patriótico que la haga libre.
Desde el Frente Amplio por la Democracia (FAD), nos comprometemos a brindarle a nuestra juventud ese espacio necesario de unidad para el debate, la reflexión y la acción, para construir un Panamá verdaderamente justo, democrático, soberano y solidario. Rescatar el ejemplo de los Mártires de Enero, para que esta juventud sea protagonista de la historia y no simple instrumento de los enemigos del pueblo. ¡La juventud regresará!