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La protagonista de “Little Miss Sunshine” dice que sufrió abusos durante dos años

Nueva York, 19 oct (EFE).– La protagonista de la película “Little Miss Sunshine”, Abigail Breslin, relató en su cuenta de Instagram que vivió durante dos año una relación de abusos físicos y sexuales en la que su agresor la golpeaba regularmente y la encerraba en una habitación.

Breslin, hoy con 26 años, ha tenido una carrera irregular en el cine tras el éxito de aquella película independiente que rodó cuando tenía 10 años y que relata la determinación de una niña que se empeña en participar en un concurso de belleza infantil, con su peculiar familia llena de personajes extravagantes que se vuelca con ella.

La vida de Breslin no fue fácil tras ese filme, por razones extraprofesionales: en 2017 ya contó que un exnovio la había violado y que no se había atrevido a denunciarlo a la Policía por temor a que no le creyeran.

El pasado domingo -aunque los medios lo recogieron hoy- publicó en su cuenta de Instagram (abbienormal9) que quería lanzar una “advertencia masiva” sobre la violencia machista y el abuso sexual, de la que se siente “una superviviente”, y anima a cualquier afectada a llamar a un teléfono de ayuda.

Relata un trayecto típico de una relación que “comenzó perfectamente” y en la que su pareja “se aprovechó de (su) inocencia y luego se tornó violento”. “Me golpeaba con frecuencia, me encerraba en una habitación y me obligaba a fingir que todo era normal pese a mis profundas heridas”.

Junto a ello, estaba el abuso psicológico: “Un sinfín de desprecios y abusos verbales (…) Me sentía fea y odiada, como si mereciera algo menos que la basura (…) Que era una puta, un problema, una estúpida inútil, ridícula, irrazonable e imposible de amar. Fueron los dos años más solitarios que he podido vivir”.

Pero reconoce que siempre tuvo el apoyo incondicional de familiares y amigos que la ayudaron a salir de aquello porque le creyeron, y hoy proclama que está comprometida con un hombre “en una relación maravillosa, sana, feliz e increíble”, y ello pese a que de vez en cuando tiene pesadillas.

Anima, finalmente, a cualquier persona que se reconozca en su relato a pedir ayuda, a contar lo que le pasa y a creer que hay una vida más allá del abuso.

Foto: EFE