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Las tropas norteamericanas sacaban decenas de cadáveres en bolsas, relató Héctor Ávila

Javier Collins Agnew / La Verdad Panamá
Han pasado 33 años desde aquella madrugada del 20 de diciembre de 1989, fecha en la que tropas del Ejército de Estados Unidos, invadieron Panamá, a fin de capturar al denominado hombre fuerte, Manuel Antonio Noriega, dejando sobre su paso muertes y destrucción.
El barrio de El Chorrillo aún llora a sus muertos y ha solicitado gobierno tras gobierno que las víctimas y familiares de los caídos sean indemnizados, tras ocurridos los hechos.
El dirigente popular Héctor Ávila ha luchado incansablemente y tras sus 77 años a cuestas, aún mantiene fuerzas para seguir la pelea en memoria de los que perdieron la vida en el barrio que lo vio nacer y donde aún convive con los suyos.
Hoy 20 de diciembre el dirigente organizó y participó de un acto realizado en el barrio de El Chorrillo, en donde niños y adultos en conmemoración de la fecha, revivieron esa fatídica noche en donde muchos de sus amigos perdieron la vida tratando de escapar de las balas asesinas, relato el dirigente.
Ávila con voz entrecortada y con mucho esfuerzo para hablar mencionó los nombres de al menos una decena de chorrilleros, amigos de toda la vida que perdieron la vida en lo que denominó, una masacre contra gente indefensa.
El dirigente no quiso hablar del número exacto de víctimas de El Chorrillo, porque se desconoce la realidad estadística, pero aseguró que fueron centenares de personas que murieron y cuyos cuerpos, nunca fueron reconocidos por sus familiares.
Ávila reveló que las tropas norteamericanas sacaban decenas de cadáveres en bolsas y transportadas en helicópteros hacia una isla cercana a Coiba en la provincia de Veraguas, lugar donde los cuerpos eran sepultados en fosas comunes.
Tras 33 años transcurridos, Ávila dijo que El Chorrillo aún llora a sus muertos y que mientras esté con vida no dejará de conmemorar la fecha en la que vio destruida varias decenas de viviendas de madera, viejos caserones de un piso, en donde vivían una treintena de familias en los cuartos de alquiler y donde precisamente murieron.
El dirigente de El Chorrillo aplaudió la la ley que declaró el 20 de diciembre, día de duelo nacional, una deuda que se mantenía con el país y que por fin ha sido saldada.
La otra deuda que aún se mantiene es el tema de las indemnizaciones en favor de las víctimas de la invasión estadounidense, aquel 20 de diciembre de 1989.