Negociadores de paz piden a ELN y disidentes FARC cesar violencia en nororiente colombiano
Bogotá, 17 ene (EFE).- Las delegaciones de paz del Gobierno colombiano pidieron este jueves a la guerrilla del Ejército de Liberación Nacional (ELN) y a una disidencia de las FARC que cesen la violencia en la región del Catatumbo, ubicada en el nororiente del país y limítrofe con Venezuela, que hasta el momento deja cinco firmantes de paz asesinados, varios heridos, desaparecidos y numerosas familias desplazadas.
El senador Iván Cepeda, integrante del equipo negociador de paz con el ELN, expresó su “total rechazo a la violencia desatada por el ELN en distintos municipios de la zona del Catatumbo, que deja lamentables hechos como la muerte de civiles, la muerte de firmantes de paz y el secuestro de numerosas personas”.
“Llamamos a que esa violencia cese de forma inmediata, a que pueda primar el diálogo, a que se permita que las organizaciones sociales y humanitarias, la Defensoría del Pueblo y los organismos internacionales puedan establecer mecanismos humanitarios para detener de manera inmediata esta situación”, expresó Cepeda.
Los combates, al parecer por disputas territoriales, tienen lugar en varias zonas rurales del departamento de Norte de Santander, entre ellas el caserío de El Aserrío, que hace parte del municipio de Teorama, y en Filo Gringo, situado en Tibú, dos de los municipios que hacen parte del Catatumbo, según distintas autoridades.
Tanto el ELN como la facción del Estado Mayor Central (EMC), la disidencia de las FARC a la que se enfrentan, tienen abiertas mesas de diálogo con el Gobierno para buscar la paz, aunque ambos procesos están estancados desde hace meses.
Un atentado contra la paz
Camilo González Posso, jefe de la delegación gubernamental que negocia la paz con esa facción del EMC, aseguró que hay una “ofensiva coordinada del ELN en siete municipios de manera casi simultánea”.
“El día de hoy han atacado población civil (…) desplazando a más de 70 familias que han sido amenazadas. Han asesinado a cinco firmantes del acuerdo de paz de 2016, que además está produciendo el desplazamiento de ese espacio territorial de reincorporación. Es un atentado a la paz”, expresó González.
El Catatumbo, una región pobre y selvática que limita con Venezuela, está formada por los municipios de Ábrego, Convención, El Carmen, El Tarra, Hacarí, La Playa, San Calixto, Sardinata, Teorama y Tibú, en los que operan el ELN, disidencias de las FARC, un reducto del Ejército Popular de Liberación (EPL) y otras bandas que se disputan el control de los cultivos de coca y de los corredores para el narcotráfico.
La Defensoría del Pueblo expresó su “su profunda preocupación ante el inicio de confrontaciones armadas entre el Estado Mayor Central y el ELN en la región del Catatumbo”, donde “este conflicto armado ha generado una grave vulneración de derechos humanos en los municipios de esta zona del país”.
Al respecto, el ministro del Interior, Juan Fernando Cristo, calificó como lamentable que estos enfrentamientos “terminen con este saldo trágico de muertes, de heridos y con una situación de incertidumbre en el Catatumbo”.
“Le exigimos tanto al ELN como a las disidencias de las FARC que detengan estos hechos violentos (…) Expresamos solidaridad con la población del Catatumbo, que está cansada de los grupos violentos”, dijo Cristo a periodistas.
Según el Instituto de Estudios para el Desarrollo y la Paz (Indepaz), dos de las víctimas mortales fueron identificadas como Albeiro Díaz Franco y Yurgen Martínez, quienes fueron asesinados en una zona rural de Teorama, donde realizaban su proceso de reincorporación.
Otro de los excombatientes muertos es Jhan Carlos Carvajalino, quien “fue sacado a la fuerza por hombres armados de su lugar de residencia” y luego asesinado en Convención, municipio vecino a Teorama, mientras que en El Tarra fue asesinado Pedro Rodríguez Mejía.