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Productores de arroz advierten desabastecimiento de arroz y aumento de precio  en el  rubro

Mileyka Valdespino / La Verdad Panamá

De extenderse la temporada seca los consumidores se verán afectados por un desabastecimiento de arroz para los meses de agosto y septiembre, incluso un aumento en el precio que podría traer consecuencias para la economía nacional y la seguridad alimentaria.

El productor de arroz de la provincia de Veraguas, Omar Spiegel explicó a La Verdad Panamá que este retraso de la temporada lluviosa ha causado una demora en las siembras, afectando el tiempo de cosecha la cual estaba programada para el mes de agosto. Indica que la siembra se realizó en el momento adecuado, pero al no llover, estas no germinan, debido a esto se genera un retraso de un mes en el año de cultivo.  Adicional a esto se presentan perdidas en cultivos ya sembrados que por la falta de agua se pierden.

Esta situación que de seguir así generaría un desabastecimiento de arroz en los meses de agosto y septiembre, lo que  puede tener consecuencias negativas para la economía y la seguridad alimentaria del país. Por medio de la Cadena Agroalimentaria de arroz, hace dos meses se autorizó la importación de dos millones de quintales para el abastecimiento nacional los cuales señaló  Spiegel, alcanzan solo hasta el mes de septiembre, el cual debía ir de la mano con la cosecha nacional para que se pudiera proveer a nivel nacional. Esto genera en el mercado un desabastecimiento de seiscientos mil quintales de arroz los cuales no llegarían a los panameños.

Spiegel hizo alusión al problema  que mantienen los productores con el Instituto de Seguro Agropecuario que está asegurando los cultivos después de haber germinado no antes de la siembra, lo cual no garantiza la protección adecuada en caso tal se genere algún inconveniente que afecte a la alimentación del país. Esto implica un riesgo para los productores a quienes se les exige que las semillas utilizadas sean certificadas, con lo que se garantiza que esta germine, a pesar de todo esto y debido a las consecuencias externas, el productor corre con este riesgo y está desprotegido.

Indicó que los productores invierten grandemente en todo lo que representa el proceso de producción del arroz, generando gastos y a su vez pérdidas en fumigación, preparación de la tierra, alquiler de equipos, con la desventaja de no contar con un seguro que los proteja.

Al ser Panamá un país tropical con temporada seca y lluviosa, se esperaba que este tema de preparación en cuanto a sequías se hubiera tratado hace muchos años, reclamó el productor, quien observó que desde la firma de los Tratados de Libre Comercio se realizó un programa para la inversión del sistema de riego de los cultivos y captaciones de agua en el que  se debía velar de manera óptima, para evitar que cada cuatro o cinco años los productores y consumidores finales se vieran  afectados. Dijo que la ley 24 del 6 de junio de 2001, la cual adopta medidas para apoyar a los productores agropecuarios afectados por las condiciones climáticas  es la única solución que mantienen con el financiamiento que se les brinda al ser afectados en estos casos.

La situación que presentan los productores a nivel nacional en este año los pone a la deriva e indica que ante  este escenario   los gobiernos no han apoyado en brindar buenos sistemas de riego que cumplan con lo que se necesita. Se espera que el gobierno pueda apoyar con insumos y fertilizantes que ayuden a bajar los costos y riesgos, o en su defecto asegurar desde antes de la germinación las parcelas correctamente en beneficio de la seguridad alimentaria de nuestro país.

Al crearse este desabastecimiento que ya se prevé es una realidad, el aumento de precios es inevitable, pero como productores mantienen la responsabilidad que tienen con el país, calculando la falta de arroz autorizarían la importación de este a Panamá para que el consumidor no se vea afectado.

Se espera que en los próximos días se realice una reunión con la Cadena Agroalimentaria para tratar el tema nuevamente ya que la idea es que no se vea afectada la estabilidad de la industria arrocera y de los productores, quienes pueden sufrir aún más pérdidas económicas significativas.