¿Quién defiende los derechos humanos del panameño que pierde su empleo por el bloqueo criminal de las vías?
Edmundo Dante Dolphy / La Verdad Panamá
La Comisión Interamericana de Derechos Humanos (DIDH), reprendió como niño chiquito al gobierno de Panamá por el uso de la violencia en las manifestaciones que se producen en el país y que están destruyendo su economía.
Señalan los respetables señores que es deber “del Estado respetar, proteger, facilitar y garantizar la protesta social, como elemento esencial para la existencia y consolidación de sociedades democráticas y para la defensa de los derechos humanos…”
Los miembros de esta “comisión” tienen un enfoque totalmente sesgado de lo que significa la defensa legítima de los derechos humanos y evitan plantear una visión holística del problema, al ignorar los estragos que estas manifestaciones causan en la economía nacional y, por extensión, en los hogares panameños.
Dónde están los derechos humanos de los miles de trabajadores que han quedado sin empleo, muchos con suspensión de contratos de trabajo debido a una crisis que cambió de color cobre a un oscuro negro dejando en estado de indefensión a una población secuestrada por grupos radicales de izquierda.
Dónde están los derechos humanos de los productores, de los que trabajan la tierra en los campos que han perdido millones de dólares y que se han visto obligados a botar toneladas de víveres porque no son aptos para el consumo humano. Del jornalero que depende de que le vaya bien al patrón para poder llevarle el pan a sus hijos y a la mujer que languidecen por el hambre feroz.
Dónde están los derechos humanos del tejido empresarial, impulsor del desarrollo económico y social del país que mira al cielo al momento de pagar una planilla cuando los bloqueos criminales atentan contra el proceso de producción al quedarse sin insumos ni proveedores que los puedan suplir.
Dónde están los derechos humanos del taxista que no paga la cuenta ni lleva el dólar a la casa para la comida ya que no hay pasajeros. Del ciudadano que espera horas para tomar un autobús con la esperanza de llegar a su casa luego de una intensa jornada de trabajo.
Dónde están los derechos humanos de los que corren detrás de un camión cargado de tanques de gas para poder comprar uno que les permita cocinar para no hacer sufrir sus hijos y evitar que se acuesten con hambre.
Dónde están los derechos humanos de los enfermos; de María que por los tranques no puede conectarse a la máquina de diálisis que la mantiene con vida, del infartado que agoniza porque no hay vías para trasladarlo a un hospital y salvarle la vida. Del diabético que se descompensa, de los que padecen enfermedades crónicas que sienten la muerte respirándole en la nuca al no poder conseguir un transporte para recibir atención médica.
Esta “Comisión” parece más bien inclinada a defender a ultranza los derechos humanos de los que por medio del caos y la anarquía pretender tomarse el poder, en lugar de defender al que trabaja construyendo patria.