Enfoque Global

Rusia y China escenifican una alianza sin fisuras ante las intromisiones de Trump

Moscú, 1 abr (EFE).- Rusia y China escenificaron hoy una alianza sin fisuras ante las intromisiones de Estados Unidos, que buscaría normalizar las relaciones con el Kremlin con el fin de meter una cuña entre Moscú y Pekín.

«La cooperación entre China y Rusia no está dirigida contra terceros países y no está sujeta a injerencias externas», dijo Wang Yi, ministro de Exteriores chino, al reunirse con el presidente ruso, Vladímir Putin.

La visita del jefe de la diplomacia china es la antesala del viaje a Rusia del líder del gigante asiático, Xi Jinping, que presidirá junto a Putin el próximo 9 de mayo el desfile de la Victoria en la Plaza Roja.

Además, China inició este martes una oleada de maniobras militares en torno a Taiwán para enviar una «seria advertencia» a las «fuerzas separatistas» de la isla, apoyadas por Washington.

Putin y Xi, una amistad al margen de coyunturas
«Le quiero pedir que transmita un saludo al líder de la República Popular de China, mi querido amigo Xi. Lo esperamos en Moscú para el 80 aniversario de la Gran Guerra Patria en el marco de la Segunda Guerra Mundial», dijo Putin.

Añadió que él y el líder chino celebrarán juntos en Moscú «la victoria sobre la Alemania nazi y sobre la militarista Japón».

Putin precisó que, además de participar en los festejos, Xi realizará esos días una visita oficial a Rusia. Ambos mandatarios se han reunido ya cerca de medio centenar de veces desde 2012.

«Será nuestro principal invitado», dijo y agregó que entonces habrá oportunidad de abordar el estado de las relaciones bilaterales y la cooperación en el escenario internacional.

En todo caso, destacó que Moscú está «satisfecho» con el desarrollo de la cooperación con China, país fundamental para la economía rusa durante los tres años de guerra en Ucrania, ya que Pekín importó hidrocarburos rusos y suministró a Moscú tecnología debido a las sanciones occidentales.

China respalda primeros pasos para una paz en Ucrania
Por su parte, Wang dio hoy un espaldarazo al incipiente proceso de paz en Ucrania. Se congratuló del paso -«aunque no sea tan grande»- dado hacia la paz por Putin y el presidente de EEUU, Donald Trump.

«De brazos cruzados nunca lograrás la paz», declaró a la agencia RIA Nóvosti.

Admitió que la situación en el campo de batalla no es sencilla, pero destacó la actual tendencia hacia un arreglo pacífico y aseguró que Pekín está dispuesto a jugar «un papel constructivo» con ese fin.

China ha mantenido una postura ambigua sobre Ucrania. Por una parte, ha defendido la integridad territorial ucraniana, pero también ha llamado a tener en cuenta las «legítimas» preocupaciones rusas en materia de seguridad.

Eso sí, ha desoído todas las peticiones occidentales para que ejerciera su ascendencia sobre Rusia para frenar la contienda y se limitó a presentar una iniciativa de paz de doce puntos en febrero de 2023 que nadie se tomó en serio.

Estas declaraciones coincidieron con las primeras críticas rusas al plan de paz de Trump, al que Moscú acusó hoy de estar centrado en lograr un alto el fuego, pero no mirar más allá a la hora de erradicar las causas originales del conflicto.

Factor de estabilidad frente a la diplomacia del hockey
En el plano bilateral, ambas partes subrayaron que la amistad ruso-china «no es coyuntural». Wang resaltó que la cooperación se basa en el principio «amigos para siempre, nunca enemigos».

Y también respaldó el proceso de normalización de relaciones iniciado entre Moscú y Washington desde el retorno a la Casa Blanca del actual presidente de EEUU, Donald Trump.

«Es bueno para estabilizar el equilibrio de poder entre grandes potencias e inspira optimismo ante una preocupante situación internacional. En el mundo actual crece el déficit de certidumbre», señaló.

El ministro chino también se vio con su colega ruso, Serguéi Lavrov, quien destacó que la responsabilidad de Moscú y Pekín también está «en mantener una estrecha coordinación en la arena internacional».

«Los países de la mayoría mundial ven en esto, seguramente, el más importante factor estabilizador en estos difíciles momentos del desarrollo de la política mundial», dijo.

Los analistas consideran que la actual Administración estadounidense quiere emular la conocida como Diplomacia del Ping Pong del presidente Richard Nixon, quien viajó a China en 1972, tres años después de un cruento enfrentamiento fronterizo entre chinos y soviéticos, choque que quebró la relación entre Mao y el Kremlin.

Ahora, es Rusia el hermano menor de la relación. Trump, que propuso a Putin celebrar un partido de hockey sobre hielo, quiere mejorar las relaciones con el Kremlin para -a juicio de los expertos- centrar todos sus esfuerzos en doblegar a su principal adversario, la China de Xi.

Foto EFE