¡Sin rostro humano!
Por: Edmundo Dante Dolphy
La condición humana de todo gobierno democrático se mide observando su empeño en las respuestas sociales a la población menos afortunada.
El estado deprimente en que se encuentra el Hospital Santo Tomas, sin medicamentos, sin insumos básicos, al extremo de carecer de bolsas de basura, demuestra el poco interés de un gobierno por responder a esa masa de “infelices” que tocan las puertas de ese nosocomio en busca de atención médica, ante la imposibilidad de poder recurrir a establecimientos de salud particulares.
Otro ejemplo de la ausencia de un rostro humano, lo tenemos en la educación pública cuya incapacidad administrativa, tiene a más de 400 mil estudiantes de áreas de difícil acceso y de las comarcas, sin el vaso de leche y la galleta nutricional.
¿Podemos hablar de calidad en la educación, cuando nuestros niños, el futuro de la nación, los tienen marginados y sin una alimentación básica para asimilar el proceso de enseñanza aprendizaje?
No hablemos de desarrollo humano señores, si dos factores elementales y concomitantes como la salud y la educación, están en la última página de la lista de prioridades.
La democracia consiste en satisfacer las demandas de la población, por encima de las tentaciones criminales del negociado salvaje y asqueroso que finaliza con el asalto al erario y en cuentas millonarias de funcionarios que fueron a servirse del Estado. ¡No hay razón!