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Subsidios millonarios siguen erosionando presupuesto del Estado mientras la desigualdad y pobreza persisten

Delkis Rangel / La Verdad Panamá

Las restricciones establecidas durante el año 2020 por el Covid-19, derrumbaron la economía en un 17,9% del Producto Interno Bruto (PIB) y sacrificaron desde el 7,1 % hasta el 18,5% el desempleo al cierre de ese mismo año, obligando al gobierno nacional a otorgar subsidios con el Plan Panamá Solidario y de esta manera convertirse en un alivio social.

Han pasado más de 2 años y desde entonces  los subsidios se han convertido en la solución más rápida para paliar  los problemas que  enfrentan los panameños actualmente, aun teniendo la esperanza que una vez se diera la apertura en el 2021, el panorama cambiaria para mejor, lo que hasta la fecha no se ha dado prueba  de  ello  son los  altos índices de desempleo.

Para algunos observadores, el otorgamiento de subsidios se ha convertido en una mala práctica, al hacer las veces de un estilo de vida convertido en una obligación que tiene el Estado para ciertos sectores  vulnerables del país; dejando a un lado el objetivo de la temporalidad  que deben tener este tipo de ayudas  sociales.

Se estima conveniente recordar que el subsidio del tanque de gas de 25 libras tiene más de 45 años de haberse creado por el gobierno para mantener el precio estable, tras la crisis del petróleo en los años ´70.

El Gobierno Nacional ha dado a conocer la cifra de 2,263 millones de dólares  destinados a subsidios, luego de anunciar el congelamiento por tres meses del galón de  gasolina  y diésel a $3.95 , que beneficiara al transporte público, selectivo, comercial, a la agroindustria y al sector pesquero. Agregando un integrante más a la familia de los subsidios y a la carga económica en la que se encuentra el Estado, por mencionar las deudas internacionales que siguen siendo como una piedra en el zapato.

Para Rolando Gordón, profesor y decano de la Facultad de Economía de la Universidad de Panamá,  los subsidios han sido creados por parte del Estado como un intento para acallar las voces de protesta de los sectores populares, porque si bien, Panamá crece económicamente, aún existe gran desigualdad debido a que el crecimiento mencionado no le llega a todas las personas.

“Es una cuestión más bien política, de acallar a la gente para que no proteste, esa es la realidad de los subsidios”.

Gordón  indicó a La Verdad  Panamá que sí hay subsidios que son necesarios entre ellos, los que son distribuidos para las personas con discapacidad, para las personas mayores que toda su vida trabajaron  de manera informal, sin embargo, este último provoca que mucha gente no pague seguro social, sabiendo que en el futuro van a tener un dinero que le da el Estado, todas estas cosas se deben tomar en consideración.

“Sí hay que quitar los subsidios, pero si se quitan los subsidios en este momento se van a tener grandes protestas sociales, pues ya la población se acostumbró a eso, pero sí hay que tomar en cuenta que hay que eliminar un poco de subsidios”.

La fuente agrega que mientras en Panamá no se generen empleos productivos, no se logre subir la seguridad social, las personas van a seguir protestando porque hay muchas desigualdades.

“Las personas de las comarcas no tienen las mismas oportunidades de los que viven en la ciudad capital, por mencionar las escuelas ranchos. Mientras existan esas desigualdades y no se vayan solucionando, las personas van a seguir protestando y una forma que el Estado panameño ha encontrado para aliviar esas protestas es dándole dinero a la gente, gente que en el futuro puede trabajar y cuyo subsidio no se dice hasta que tiempo y se están dando de manera permanente, cosa que no debe ser”.

En tanto, Marcela Galindo, presidenta de la Cámara de Comercio de Panamá destaca que es importante ver más allá de un subsidio, ya que de acuerdo a su criterio este no es sostenible con el paso del tiempo, puesto que el gobierno nacional debe trabajar en estrategias que garanticen la reactivación económica y no simplemente subsidio.

Galindo sugiere que se debe invertir en el capital humano y en la educación para que de esta manera las personas mejoren y tengan mayores oportunidades para su supervivencia.

“Tenemos que ser responsables como nación que cuando damos estos subsidios porque identificamos que hay un sector de la población que necesita ese alivio, pero después de ese  periodo de tiempo  hay que ir haciendo una medición de las condiciones e ir revisando en que momento uno va cortando o modificando ese subsidio”, puntualiza la presidenta de la Cámara de Comercio.