Taxistas y buhoneros aliados de los tranques
Por Jonathan Palomino
Soy un conductor de la tercera edad y ya no soporto los tranques en la capital, al extremo de que procuro salir solo cuando debo retirar mi cheque de jubilación.
No acepto que el gobierno haya tenido que esperar tanto tiempo para aplicar medidas que le llaman “antitranque” y, que a la postre, no son más que curitas a un problema enorme.
Señores, mientras no estén listos las dos líneas del Metro que faltan, seguiremos en este calvario, en esta lucha y en este estrés que provoca más violencia entre los conductores, es decir, pueblo con pueblo no dejarán de insultarse, gritarse ni pegarse en las vías.
Le recomiendo lo siguiente a la Autoridad del Tránsito y Transporte Terrestre: Que todos esos taxis que se paran en medio de la vía, con la luz en verde para dejar o recoger pasajeros; que los sancionen retirándoles temporalmente el cupo. De seguro que dejan de hacer esta estupidez.
A los vendedores ambulantes que también colman la paciencia de los conductores en los semáforos y ya en cualquier parte de las vías, la autoridad debe removerlos. Ya basta de tanta consideración e irrespeto a las normas de buena conducta ciudadana.
La educación vial debía implementarse como una materia obligatoria en las escuelas, no solamente en conceptos teóricos, sino en la práctica, enseñándole a los niños las normas de tránsito, como cruzar una calle, saber interpretar los semáforos, el buen uso de la línea de seguridad del peatón.
En fin, es todo un conjunto de normas que debemos aprender para lograr una ciudad más ordenada, limpia y sana. No solo el gobierno es el responsable de este desafío, la sociedad en su conjunto debe ayudar a emprender esta tarea.