¡Un crucero que no debes abordar jamás!
Pullmantur no cumple con lo que te ofrece
- 2,800 pasajeros no pudieron bajar en el destino turístico de más atractivo, Jamaica
- Pasajeros se amotinaron en el barco denunciando que los habían estafado
Por Edmundo Dante Dolphy / La Verdad
Bienvenidos a bordo del Pullmantur… a nuestros distinguidos pasajeros les informamos que en cinco minutos estaremos orientándolos sobre las medidas de seguridad; mientras tanto, los invitamos a recorrer las distintas y divertidas instalaciones que estarán a su entera disposición.
En un país tan agitado y en el que el estrés te marca la vida, no está nada mal que planifiques un viaje en crucero, brisa de mar, un sol arrogante, noches temiblemente oscuras pero seductoras cuando la observas desde la proa, estribor o babor, con una copa de vino o una excelente cava, que en compañía de tu pareja, en algo ayuda a controlar los nervios.
Un periplo por la histórica Cartagena de Indias, Jamaica, Gran Caimán y con menos entusiasmo, Puerto Limón en Costa Rica, anima salir de la rutina y experimentar largas travesías en un océano inexpugnable y por lo tanto, amenazante. Lo frustrante del viaje emerge con la fuerza de las aguas profundas, cuando el Capitán del navío cercena tu sueño de conocer uno de los mejores destinos del paseo: Jamaica y el glamoroso Ocho Ríos.
Se inicia la travesía
Partiendo del puerto de cruceros de la provincia de Colón, instalaciones limitadas y de poco atractivo para los turistas en concepto de venta de souvenirs y mercancías, se inicia la travesía hacia el primer destino, Cartagena.
En horas de la noche, miembros de la tripulación informan que durante el trayecto sentiríamos algunos movimientos bruscos, debido a las condiciones del mar, pero que no sería nada por qué preocuparnos, pero algunos precavidos, como curtidos viajeros, se tomaron su respectiva “Dramamina” para sortear el mareo. En efecto, así ocurrió, sin ningún tipo de incidente y los pasajeros bajaron en la mañana siguiente a disfrutar de la ciudad histórica de Cartagena de Indias, sus playas, sol abrazador, tiendas exclusivas , de sus riquísimos platos típicos y conocer la casa del Premio Nobel de Literatura Gabriel Garcìa Marquez. Hasta aquí, todo marchaba bien.
Comienza la amargura
A la mañana siguiente, con todo un día en alta mar y preparados para navegar 566 millas náuticas, incluyendo las horas de la noche anterior, Pullmantur continùa su viaje… un barco que se erigía imperturbable frente a las profundidades oceánicas, navegaba con 2 mil 800 pasajeros y 800 tripulantes; con cero agite de aguas, lo que se tradujo en una travesía perfecta que continuó hasta las horas en las que el astro rey se presentó en las costas del prolífico Bob Marley, legado de una gran leyenda de la música, que jamás pudimos conocer.
El barco se detiene, los pasajeros se alistan a tomar el desayuno en dos de los restaurantes que te ofrecían un bufet variado, pero que durante 7 días ya lo sientes aburrido. Una pareja se sienta a la mesa a degustar su alimento matutino y oye cuando un joven de al lado comenta: “ Escuché que no podemos bajar en Jamaica por situaciones de mal tiempo”. Quedamos estupefactos porque no comprendíamos que nos hablaran de mal tiempo, si el viaje había sido de lo más tranquilo… Eso no puede ser, es una broma de mal gusto, decían algunos, que dieron todo por pisar este paraíso multicolor del Caribe.
Las sospechas se convirtieron en una amarga realidad cuando un grupo de pasajeros nos dirigimos al cuarto piso, donde está la recepción del barco… El tour soñado se transformó en una pesadilla al escuchar al croata Miodrag Cakarevic, director de hotel, expresar con un tono nada convincente, que el barco no podía atracar en el puerto porque los vientos de 27 nudos podían provocar que colisionara con las rocas, poniendo en peligro a todos los pasajeros y a la tripulación.
Pasajeros enardecidos se amotinan
Se forma un motìn en el cuarto piso, nadie quiere escuchar más a Miodrag, exigen la presencia del Capitán de la nave, el griego Michail Margaritis, en medio de gritos y expresiones de cientos de pasajeros: “Esto es una estafa, es una publicidad engañosa, como hablan de mal tiempo, si vemos por las ventanas un mar en calma y sol radiante”; “ O es que no pagaron los impuestos de puerto”.
“Queremos al capitán, queremos al capitán, queremos al capitán”, eran las frases que segundo a segundo aumentaban de volumen, con tonos de ira, de impotencia y en ocasiones de desesperación.
La indignación de los pasajeros llegó al punto de ebullición cuando nos enteramos que dos cruceros, entre ellos, el Royal Caribbean, habían atracado sin ningún tipo de problemas. Por qué no el Pullmantur? Cuál era el misterio o la mentira?
Una joven de una agencia de viajes, llevaba a un grupo de 43 personas que tenía la ilusión de conocer Jamaica para comprar productos, vitaminas, brebajes para mejorar el vigor sexual de su pareja…Tragedia total, dentro del mastodonte de colores azul y celeste.
Luego de una hora aproximadamente, se presenta el capitán, con aire de grandeza y con sobrada arrogancia comunica lo mismo, pero con unas palabras adicionales: “ No podemos comparar un Porsche con… con un Toyota, le asistió uno de sus oficiales, a lo cual lo interpeló y le dijo no con un Toyota, pero esos son cruceros mucho más grandes y fuertes que sí pueden soportar estos niveles de vientos. Para rematar, hasta él mismo subestima la embarcación que comanda… ¿Qué podíamos esperar?
“Estafadores”
La masa está incontenible, enardecida, no le creen a Margaritis quien intenta retirarse, pero es imposible, lo persiguen, lo rodean y le gritan en su rostro; “Estafadores, ya lo han hecho anteriormente, devuelvan el dinero”, Margaritis sin argumentos, devuelve la palabra con violencia y con ese español perverso que habla, dio a entender que hiciéramos lo que nos diera la gana y se retiró.
“Esto no puede ser, yo pedí prestado para este viaje y mi deseo era conocer Jamaica”, espetó un señor afrodescendiente… Ladrones, estafadores, tenemos que organizarnos y denunciar esto en las redes sociales, decían muchos. Cara de #&&&=???****==000…
Tampoco la petición de los pasajeros de quedarnos dos días en Gran Caimán, aceptó el capitán, supuestamente por motivos de itinerario. La frustración ahogaba a los pasajeros que inmediatamente se organizaron para denunciar esta maniobra, que según expertos en la navegación marítima, esa supuesta condición del tiempo no era excusa para no atracar en el puerto de Falmouth en Jamaica.
La poca credibilidad de esta empresa de cruceros se fue a la borda, al enterarnos que los casi 13 milllones de dólares que anualmente producen en concepto de propinas, jamàs llegan a los bolsillos ni cuentas de los colaboradores de los restaurantes. Ah! para que sepan, la propina de 95 dòlares por pasajero, te la descuentan al momento de cancelar el paquete que le cuesta 750 dólares por persona. Eso es abusar de los derechos y sacrificios de estos trabajadores.
Saque sus propias conclusiones… Si desea realizar un viaje en crucero y disfrutar a plenitud lo que invirtió, no escoja Pullmantur porque el periplo se le convertirá en toda una tormenta.
Hemos llegado, ¡pueden desembarcar!